Papa Francisco, un nuevo referente

Carolina Dell´Oro

Durante el año pasado a través de estas columnas me referí con frecuencia a los nuevos tiempos, a los cambios constantes, a las incertidumbres que estos nos traen, a la falta de confianza especialmente en Chile y a cómo los modelos ya no son suficientes. Así como el siglo XX estuvo marcado por grandes ideologías sociales, políticas y económicas pareciera que éstas ya no responden a un siglo XXI que nos trae no solo nuevos desafíos, sino grandes oportunidades, principalmente la de darnos cuenta que la persona es el centro, que los temas propios de los seres humanos, como los vínculos, la felicidad, el sentido de la vida, del trabajo, de la familia vuelven a ser protagonistas.

En este contexto, aparece como una gran y alegre noticia que se haya reconocido al Papa Francisco como el Personaje del Año por la revista Time. La pregunta es ¿por qué es una buena noticia? Primero, porque parece increíble que quien preside la Iglesia Católica después de tantos momentos dolores y críticos, haya sido capaz como Vicario de Cristo de re-encantar el corazón de tantos hombres y mujeres del mundo con un mensaje de esperanza más allá de las cualidades o debilidades humanas que todos tenemos.

Pero lo que parece aún más sorprendente es que una revista que representa al mundo laico, económico, político y del poder, reconozca a este hombre sencillo, cotidiano, humilde, con un discurso simple, como un referente para los líderes del mundo. Entre las explicaciones que se dan es que toca los grandes temas de hoy, sobre riqueza y pobreza, imparcialidad y justicia, transparencia, modernidad, globalización, rol de la mujer, naturaleza del matrimonio, tentaciones del poder, es decir, lee acuciosamente los signos de los tiempos, pero ante todo con el pulso en el corazón de Dios. El Papa nos invita a salir del balcón, a interpretar nuestro tiempo, pero no quedándose sólo en la mirada humana, terrenal, sino desde la mirada cristiana a partir del encuentro y testimonio de Cristo, uniendo dos mundos que parecían divorciados e incluso antagónicos. Nos invita ante todo a encontrarnos con el otro, desde lo más profundo de su ser y solo desde ahí, construir una paz verdadera. La verdadera paz dice el Papa “no es un equilibrio de fuerzas opuestas. No es pura «fachada», que esconde luchas y divisiones. La paz es un compromiso cotidiano, y la paz es también artesanal, que se logra contando con el don de Dios, con la gracia que nos ha dado en Jesucristo”. Por eso me hace tanto sentido aquellos que dicen que el Papa Francisco no ha cambiado las palabras, pero si la música, esa música tan clara que nos mostró su cercanía cuando no sólo no se incomodó cuando un niño tocó su sotana sino que fruto de su acogimiento el niño se atrevió a sentarse en su sitial.

El Papa Francisco nos regala un testimonio y referente de cómo ser líderes, en todos los ámbitos de la vida. Más que tantos cursos de liderazgo, hoy tenemos nuevamente un modelo a seguir e imitar en nuestros desafíos de ser guía en la vida cotidiana, un gran maestro.