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Cómo nos afecta el nuevo contexto global

Cristián Bastián

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Cristián Bastián

El 2015 representa un gran reto para las empresas de nuestro país y sus directorios. La incertidumbre y volatilidad de la realidad local e internacional, sumado a la actual situación económica que enfrenta Chile, nos presenta una exigida agenda de desafíos a ser abordados con una visión y responsabilidad que tenga en cuenta el nuevo contexto global al que nos enfrentamos.

¿Esto es nuevo para cada uno de ustedes? La respuesta es No. El último informe Global Risks, publicado por el World Economic Forum, estima que los conflictos geopolíticos, el fracaso en la adaptación al cambio climático, las crisis del agua, el desempleo y los ciberataques serán los cinco principales riesgos para la estabilidad mundial en los próximos 10 años, lo cual es consistente con lo que señalan los directores de nuestro país, que en un 67% en una reciente encuesta de KPMG manifestó que su mayor preocupación es en relación a los riesgos operacionales y control medioambiental. Asimismo, un 50% señaló estar preocupado del entorno económico y de cómo debemos estar preparados para enfrentarlo.

Es fundamental tomar conciencia de la profunda transformación política, económica y tecnológica. Ante este panorama se vislumbra la necesidad de revaluar el rol de los gobiernos corporativos en las empresas, que apunten a lograr un mayor compromiso de este con el desarrollo de las estrategias de sus empresas, y abogar por un cambio en el "ritmo estratégico" de los directorios.

Asimismo, los directorios deben asegurarse de que la gerencia esté ponderando apropiadamente el amplio espectro de escenarios, desde las crecientes amenazas a los sistemas de información corporativos y la propiedad intelectual, así como los riesgos de cumplimiento, la posibilidad de enfrentar demandas, los daños a la reputación y la pérdida de clientes, sumado a la creciente exigencia de los accionistas de las empresas por mayor información y transparencia.

Como auditores somos conscientes de la trascendencia de contar con un marco regulatorio consensuado para proteger el factor más importante para el buen funcionamiento de los mercados: la confianza.

Adicionalmente el nuevo contexto global conlleva también que las empresas sean flexibles y capaces de adaptar sus modelos de negocio a las nuevas circunstancias. La mitad de las empresas que componían el Fortune 500 en 1999 había desaparecido una década después como consecuencia de fusiones, adquisiciones o de su incapacidad para mantener su posicionamiento en el mercado. En esta nueva era, las empresas de éxito serán aquellas con la mejor capacidad de adaptación para contemplar el cambio constante en sus estrategias y ejecutarlo al compás del nuevo contexto, dotarse del mejor talento y prever el cambio.

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