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Tomás Sánchez

Cómprate una empresa, Perico

TOMÁS SÁNCHEZ Socio de Valoriza

Por: Tomás Sánchez

Publicado: Viernes 9 de mayo de 2025 a las 04:04 hrs.

Tomás Sánchez

Tomás Sánchez

Chile enfrenta un problema crucial: necesita que sus empresas medianas se conviertan en grandes. Para desarrollarnos, el discurso suele centrarse en fomentar emprendimientos, que, si bien son fuentes esenciales de innovación, requieren demasiado tiempo para generar empleos de calidad y mover la aguja. Por otra parte, el crecimiento de las empresas ya consolidadas, aunque útil, ello no modificará nuestra matriz productiva ni dispararán la demanda por empleo.

El verdadero potencial del desarrollo nacional aguarda en las cerca de 15 mil empresas chilenas que facturan entre US$ 4 millones y US$ 40 millones anuales. Son ellas las que tienen el potencial para duplicar, triplicar o incluso multiplicar por 10 sus operaciones. Al hacerlo, ganarían economías de escala, optimizarían y digitalizarían procesos, aumentarían su productividad y generarían empleo de calidad a una magnitud que podría cambiar el rumbo del país. Que un 10% se dupliquen cada año se traduciría entre uno y dos puntos adicionales de crecimiento.

“Necesitamos entender que el M&A es una herramienta al alcance de empresarios medianos. Para ellos, adquirir o fusionarse puede significar ganar rápidamente mercado y evitar el largo y complicado trayecto de crecimiento orgánico”.

Sin embargo, el camino tradicional de crecimiento orgánico es lento y arriesgado. ¿Por qué gastar millones de dólares y asumir riesgos significativos intentando desarrollar desde cero capacidades comerciales, operativas y tecnológicas, cuando adquirir una empresa que ya lo ha logrado puede ser la opción más inteligente?

Cada año se ejecutan alrededor de 3.000 transacciones de fusiones y adquisiciones en América Latina, justamente el terreno que necesitan aprovechar las empresas medianas. El retorno sobre la inversión de una adquisición bien ejecutada puede rondar entre 15% y 20% anual durante los primeros cinco años, muy por encima del costo de capital promedio. Ganar tres o cuatro años tiene un impacto financiero profundo y estratégico, que, combinado con la reducción de riesgos y la oportunidad de entrar al mercado en el momento oportuno, convierte una adquisición en una decisión rentable.

En un contexto global de alta competencia, dónde se desdibujan los bordes de industrias y mercados, tomarse media década en construir una cartera u operación, es un lujo que estratégicamente empresas que aspiran a ser jugadores relevantes no se pueden dar. Y es que las fusiones y adquisiciones no son exclusivos de las grandes corporaciones ni se limitan a empresas que cotizan en bolsa.

Necesitamos cambiar la mentalidad y entender que el M&A es una herramienta al alcance de empresarios medianos. Para ellos, adquirir o fusionarse puede significar ganar rápidamente mercado, abrir líneas de negocio innovadoras y evitar el largo y complicado trayecto de crecimiento orgánico. Las adquisiciones inteligentes reducen los tiempos de crecimiento y construcción de capacidades, sin el riesgo e incertidumbre de desarrollos propios. Y el valor agregado de estas transacciones viene dado por sinergias operativas, economías de escala y una posición competitiva fortalecida que pocas veces se pueden obtener orgánicamente en el corto plazo.

Para desarrollarnos y dejar atrás nuestra baja productividad, es urgente que nuestras empresas medianas den un salto en órdenes de magnitud. Las adquisiciones y fusiones son una herramienta estratégica efectiva que las medianas empresas no pueden dejar pasar.

Chile no tiene una década que perder. Las medianas tampoco.

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