Desde Brasilia, los desafíos en la lucha contra la corrupción

Entre el 6 y 10 de septiembre tuve la oportunidad de participar en la reunión anual de Transparency International y en la décima quinta Conferencia Internacional Anticorrupción (IACC), ambos en Brasilia, a la que asistieron especialistas de más de 140 países, para discutir sobre la corrupción, sus consecuencias, las áreas que afecta, los desafíos que se enfrentan y las fórmulas de prevención más eficaces que se aplican en diversas latitudes. Mayor connotación alcanzó la conferencia por el hecho que en el momento que la presidenta Dilma Rousseff inauguraba la conferencia, la Corte Suprema Brasileña discutía las penas a los ex ministros y demás personas involucradas en el “mensalao” (mensualidades), lo cual fue transmitido en directo por varios canales de televisión. Sin duda un hito histórico en la lucha contra la corrupción en Brasil.

Un tema transversal de discusión durante la IACC fue la capacidad de movilización de la ciudadanía en aras de prevenir la corrupción. Se enfatizó mucho las diversas maneras a través de las cuales los ciudadanos pueden prevenir, controlar y denunciar la corrupción. En este sentido, la ciudadanía no sólo debe movilizarse en defensa de demandas, derechos sociales y políticos legítimos, sino que también debe tener la capacidad de revelarse y actuar frente a las causas y efectos que genera la corrupción.

En nuestro país podemos constatar que, no obstante los importantes avances en nuestra institucionalidad en relación con la lucha contra la corrupción, aun no existe una cultura al respecto y, en especial, de denuncia respecto de los casos de corrupción a que se ve enfrentada el ciudadano. Se suele callar frente por temor a represalias, falta de confianza en ciertas instituciones o, simplemente, por fines prácticos como “seguir conviviendo con la autoridad” o de “seguir participando”, por ejemplo, en licitaciones.

Durante la IACC también se constató que la corrupción no sólo es un problema que afecta de manera generalizada a las instituciones públicas, sino que alcanza al mundo privado y, particularmente, al mundo empresarial. Iniciativas como transparencia en la industria extractiva nos hablan de esta inquietud. Una de las principales tesis que se manejó en la conferencia fue el de considerar que las crisis económicas pueden ser generadas y gatilladas por actos de corrupción. Es por ello que deben reforzarse los mecanismos de control y de regulación, entre otros, en los mercados financieros, el comercio internacional y la inversión, sin que por ello se sobrevenga en un exceso de regulación asfixiante.

Otro aspecto importante que merece la pena mencionarse y que se discutió profundamente fue el de la impunidad. Existe una manifiesta preocupación por parte de las distintas organizaciones que luchan contra de la corrupción sobre una creciente impunidad y tolerancia hacia dichos actos. En este sentido, el llamado es transversal y convocante a los distintos actores. Deben abordar este tema de manera integrada y amplia, para reducir el campo de acción de la corrupción y generar sanciones más eficaces y ejemplares que desincentiven dichas prácticas.

Finalmente, en la IACC se enfatizaron aspectos relacionados con la corrupción en el ámbito local, específicamente, en los gobiernos locales. Es aquí donde es preciso fortalecer las herramientas y sistemas preventivos, ya que son los gobiernos locales los que resuelven los problemas más cotidianos de los ciudadanos y, al mismo tiempo, las personas se aproximan al Estado, a sus beneficios y derechos.

Sin duda que nuestro país, en comparación a otras realidades, ha avanzado en una institucionalidad que ha ayudado a prevenir actos de corrupción. Sin embargo, creemos que, por un lado, existe mucho por hacer en lo que se refiere a hacer cumplir las normas que existen para prevenir y evitar la corrupción de modo que no sean letra muerta. Por otra parte, existen una serie de proyectos de ley e iniciativas en el Congreso que es necesario reactivar para consolidar a nuestro país en el contexto internacional en la prevención y control de la corrupción. Es por ello que hacemos un llamado al gobierno y al Parlamento a dar celeridad a dichos proyectos de modo de reforzar nuestra institucionalidad para prevenir y castigar los actos de corrupción la falta de probidad.