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DF Conexión a China | China: ¿un socio en transferencia tecnológica?

Andreas Pierotic Ex agregado comercial de Chile en China

Por: Andreas Pierotic | Publicado: Martes 8 de febrero de 2022 a las 04:00 hrs.
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Andreas Pierotic

En 1992 llegué con mi familia desde Santiago a vivir en Beijing. Nos parecía una ciudad muy pobre, en contraste con la capital chilena. Todo lo grande y bonito de la ciudad que podíamos ver había sido la obra de antepasados ​​muy antiguos de los pequineses. No sospechábamos la fuerza del desarrollo que se estaba incubando entonces detrás de galpones y edificios venidos a menos.

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Hoy China es una potencia tecnológica, y muchos compatriotas que ahí viven y que fueron testigos de los 90 se preguntan, con dejo de frustración, ¿por qué los chinos, siendo tan pobres, nos superaron tan rápido? ¿Por qué si Santiago era una ciudad mucho más moderna que Beijing hace sólo tres décadas, ahora se ve tan gris en comparación con la vida futurista en la mayoría de las ciudades chinas, que tienen menos contaminación, más autos eléctricos y trenes bala, y jardines cada vez mas bonitos y cuidados?

Se respira un gran optimismo en China, una sensación de que el país avanza cada año, de que no hay espacio para retroceder. Tal vez lo mismo se sintió en Santiago a mediados del siglo XIX cuando extranjeros como Bello, Domeyko, Sarmiento, Phillipi, Sazié y Coucelle-Seneuil -contratados por el gobierno- coincidieron para aportar a la ciencia, cultura y economía. Para avanzar en la inteligencia del país.

China ha logrado un sitial en el ámbito tecnológico en muy pocos años, con mucho talento y sacrificio de su población, es cierto; pero también con mucha ayuda de los llamados “expertos extranjeros” que colman sus universidades y empresas. Los resultados de la inteligencia aplicada al desarrollo pueden verse repasando titulares de la prensa internacional: “¿Cómo WeChat se convirtió en la app N°1 del mundo?”; ¿Se convertirá China en la primera sociedad sin efectivo del planeta”; “China pone en marcha el primer tren maglev de alta velocidad de 600 km/h del planeta”; “La 5G cambiará el mundo. China quiere liderar el camino”, etc.

Chile necesita dar un paso de importancia hacia la inteligencia aplicada a antiguas y nuevas industrias, si es que no quiere que los chilenos vivamos como maquiladores del siglo XXI. Esto implica, intuyo, hacer un nuevo esfuerzo serio más allá del gobernante de turno, que busque talento nacional y extranjero donde esté, para atraerlo al país y asignarle presupuesto estable.

“Transferencia tecnológica” debería ser un término clave de las próximas décadas para Chile. Y con China, la potencia tecnológica que ha surgido más rápido en el mundo, la complementariedad ofrece terreno fértil para trabajar conjuntamente en áreas tan disimiles como vehículos eficientes, energías limpias, maquinaria agrícola inteligente, nuevos materiales, maquinaria ferroviaria, y biomedicina; por sólo mencionar cinco de las 10 áreas priorizadas por la ciencia china.

No hay indignidad en buscar traspaso de inteligencia. Lo hemos hecho antes y Santiago fue más moderno y bonito que Beijing. Puedo dar fe.

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