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DF Conexión a China | Las redadas de China contra empresas extranjeras dañan sus propios intereses

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Por: THE FT VIEW© 2023 The Financial Times Ltd. | Publicado: Martes 16 de mayo de 2023 a las 04:00 hrs.
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Las recientes redadas de las fuerzas de seguridad chinas en empresas consultoras estadounidenses en China afectan de lleno a los vínculos de Occidente con la segunda economía mundial. Estas consultoras realizan estudios de mercado y tareas de diligencia debida esenciales para las multinacionales occidentales que han invertido cientos de miles de millones de dólares en China durante la última década. Son estas multinacionales, a su vez, las que forman el principal grupo de presión en los países occidentales para mantener el compromiso con China frente a la intensificación de la oposición política doméstica. Así pues, no es exagerado afirmar que el futuro de la globalización económica está en peligro.

Las múltiples redadas realizadas en las últimas semanas en las empresas estadounidenses Capvision, Bain & Company y Mintz -todas ellas con operaciones considerables en China- señalan un cambio radical en la actitud de Beijing hacia las empresas estadounidenses. Pero lo que envenena especialmente el ambiente es la naturaleza de las acusaciones de las autoridades chinas. Los medios de comunicación chinos informaron de que grupos consultores habían intervenido a personal de “nuestros órganos del partido y del gobierno y otras unidades clandestinas” para proporcionar información sensible a clientes en el extranjero.

“Las multinacionales de Occidente han sido hasta ahora las principales defensoras del compromiso con Beijing”.

Estas acusaciones se producen en un contexto de mayor vigilancia de Pekín contra el espionaje. Las leyes contra el espionaje se ampliaron el mes pasado, pasando de cubrir los secretos de Estado y la inteligencia a cualquier “documento, dato, material u objeto relacionado con la seguridad y los intereses nacionales”, sin establecer parámetros específicos sobre cómo se definen estos términos. Esto significa, en efecto, que cualquier cosa que el Partido Comunista chino considere sospechosa puede ser definida como espionaje potencial, desencadenando los poderes de registro e incautación de las autoridades, así como el encarcelamiento de individuos.

La Cámara de Comercio de EEUU advirtió el mes pasado de que el creciente escrutinio de las empresas estadounidenses había elevado “drásticamente” las primas de riesgo asociadas a hacer negocios en China. Es posible que Beijing considere que, a medida que sus empresas nacionales ascienden en la escala tecnológica y se expanden en el extranjero, ya no necesita la inversión de las multinacionales occidentales a las que antes cortejaba con tanta asiduidad.

Pero hay mucho más en juego. Más de un tercio de los 3,3 billones de dólares en bienes que China exportó en 2021 fueron suministrados por empresas extranjeras que operan en el continente. Las multinacionales también han sido una fuente primordial de tecnología transferida a los socios locales en las últimas cuatro décadas, así como de experiencia en gestión y asesoramiento sobre cómo introducirse en los mercados estadounidense y europeo.

Por tanto, a Beijing le interesaría actuar para calmar las preocupaciones de los inversores extranjeros. Debería definir más claramente lo que constituye espionaje y lo que se considera inteligencia industrial legítima. De lo contrario, el resultado podría ser un quiebre fundamental entre China y las multinacionales que durante tanto tiempo han sido sus mayores partidarios en Occidente.

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