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Columnistas

DF Tax | Los impuestos y el ballotage

Por Vicente Furnaro, abogado socio de Tax Defense.

Por: Equipo DF

Publicado: Jueves 11 de diciembre de 2025 a las 04:00 hrs.

Sostenía hace algunas décadas Norberto Bobbio, filósofo y pensador Italiano, que la diada derecha-izquierda, prevaleciente desde al menos dos siglos y que designa el contraste de las ideologías y de los movimientos en que está dividido el mundo, permanece activa. No sólo como una suma de emociones, sino como una colección de valores. El árbol de las ideologías -agregaba- siempre está reverdeciendo.

Tanto derecha como izquierda siguen existiendo simultáneamente y extrayendo cada una su propia razón de ser de la existencia de la otra, incluso cuando una de ellas asciende en la escena política a costa de la otra. Una sociedad que considera ilegítimo, por ejemplo, ciertos niveles de desigualdad en la distribución de los ingresos, debiera tener un sistema tributario que corrija y discipline la distribución, implementando un sistema impositivo en el que los que tienen más, contribuyan significativamente más, permitiendo redistribuir esos recursos entre quienes tienen menos. Para quienes prevalece el ideal libertario, por el contrario, los impuestos constituyen un escollo indeseable en el camino de la generación de riqueza. Las propuestas y promesas en materia de impuestos para el próximo ballotage, nos reafirman la plena vigencia de tales ideales.  

Es así como Kast apunta derechamente a liberarnos en parte del peso de este mal (los impuestos), rebajando la tasa corporativa de 27% a 23%, que pueden hacer llegar incluso a tasas del 20% mediante ciertos créditos que se prometen, eliminando contribuciones de bienes raíces en ciertos casos específicos, desechando el impuesto a las ganancias en las transacciones accionarias del mercado de capitales y prometiendo, en fin, un camino de retorno hacia la plena integración de nuestra estructura tributaria que permita alinear entonces en ese beneficio no solo a las empresas sino también a sus dueños. Todo eso, unido a un tímido llamado al combate a la evasión.

Jara, en cambio, entiende a los impuestos y las políticas tributarias como una herramienta esencialmente de progresividad y combate a la desigualdad, de manera que sugiere algunas medidas precisamente redistributivas como la nueva gestión y reparto del Fondo Común Municipal que recolecta la recaudación en impuesto territorial, un mayor combate a la evasión y, en su caso, también a la elusión.

En materia de impuestos, derechas e izquierdas, cada una en su turno, han hecho del sistema tributario chileno un cúmulo de recosidos, sin una visión de Estado que consolide los equilibrios, y abrace tanto a aquellos que enarbolan la libertad que sí son capaces de ejercer como a los que escuchan esa palabra vacía sin opciones reales por las cuales decidir. Y es que las propuestas tributarias no pueden ni deben apuntar ciegamente a la inversión- como si aún hubiera tiempo para que tantos sigan esperando el reparto franciscano de los grandes empresarios-  ni pretender acorralar la generación de riqueza que éstos generan con su visión y talento. La experiencia empírica muestra que impuestos y productividad sí pueden convivir.

Si pretendemos un sistema tributario eficiente, equitativo y de largo plazo, vamos en búsqueda de un auténtico pacto fiscal que sea capaz de mirar desde lo alto la alternancia de esa díada derecha-izquierda.

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