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Columnistas

DF Tax | ¿Quién gana la batalla tributaria en la segunda vuelta?

Por Arturo Garnham, socio de Garnham Abogados.

Por: Equipo DF

Publicado: Jueves 11 de diciembre de 2025 a las 04:00 hrs.

En el contexto de la segunda vuelta, las propuestas tributarias de ambas candidaturas muestran puntos de convergencia.

Tanto José Antonio Kast como Jeannette Jara reconocen la importancia de mantener el equilibrio fiscal y evitar que siga aumentando la deuda pública. Esto es especialmente llamativo en la candidatura de Jara, donde, históricamente, la izquierda ha priorizado siempre expandir el gasto social sobre el equilibrio fiscal. También coinciden en la necesidad de enfrentar la evasión y la informalidad, un desafío particularmente complejo, pues la evasión suele estar estrechamente ligada al comercio ilegal lo que es difícil de intervenir (además ese mayor esfuerzo de fiscalización requiere de recursos adicionales, lo que hace que la recaudación neta sea menor).

A ello se suma un tercer punto de acuerdo: la urgencia de abordar la carga que representan las contribuciones para los adultos mayores.

Las diferencias aparecen al momento de definir el camino para avanzar.

El programa de Jara busca aumentar la progresividad mediante la eliminación de exenciones y a través de las patentes municipales, a pesar de que muchos gobiernos locales tienen graves falencias en la administración de recursos cuando no se trata derechamente de corrupción. Kast, en cambio, apuesta por incentivos, rebajas y beneficios tributarios que permitan reactivar la inversión, además de volver a la integración del impuesto a la renta, lo que al menos en el corto plazo podría ser deficitario, pero que en el mediano y largo plazo podría rendir.

En ambos casos, sin embargo, se requieren ajustes. La eliminación de las contribuciones de la primera vivienda propuesta por Kast es regresiva, por lo que debiera aplicarse sólo respecto de adultos mayores de menores ingresos. Por su parte, el enfoque de aumentar la progresividad (siempre presente en el sector de Jara) -sea mediante impuestos al patrimonio u otras figuras- confirma que la izquierda se resiste a admitir que el tamaño de la economía es dinámico, por lo que la pobreza no se soluciona atacando la riqueza, sino generando certezas e incentivos que busquen crear más y mejores oportunidades económicas para todos.

También vale la pena revisar propuestas de candidatos que no llegaron a segunda vuelta. Entre las ideas de Enríquez-Ominami y Parisi destaca la devolución del IVA a personas de bajos ingresos, que creo debe aplicarse no solo respecto de bienes esenciales. La implementación de un sistema donde las boletas se asocien al RUT -permitiendo una devolución anual en abril- tendría un doble efecto: apoyo directo a hogares vulnerables y reducción de la informalidad, ya que sin boleta no habría devolución de IVA. En cambio, el IVA con tasa diferenciada no parece justificable: complejiza un impuesto que hoy funciona bien y abre espacios para la evasión.

Asimismo, varias candidaturas, como las de Matthei, Kaiser y Mayne-Nicholls, coincidieron en la necesidad de otorgar mayor certeza a la inversión. Recuperar un instrumento similar al DL 600, modernizado, reforzado y accesible tanto para inversionistas nacionales como extranjeros, podría ser clave para dinamizar la inversión.

Quizás lo más sorprendente es que nadie mencione la urgencia de simplificar el impuesto a la renta, que se ha vuelto complejo, costoso de administrar y difícil de cumplir. Un diseño más simple no solo reduciría la carga para contribuyentes y para el Estado, sino que permitiría recaudar más, con menor costo país.

En un escenario donde el debate tributario suele polarizarse, avanzar hacia reglas simples, estables y procrecimiento es, quizás, la mayor reforma pendiente.

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