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Columnistas

Directorios diversos, ganancia por donde se mire

Presidente Fundación Generación Empresarial

Por: Equipo DF

Publicado: Martes 12 de julio de 2016 a las 04:00 hrs.

Son cada vez más comunes las reacciones aireadas de indignación ante los paneles de discusión, comisiones, gremios, reuniones o directorios compuestos sólo por hombres. Y quizás la rabia que genera en la opinión pública este "sexismo corporativo", radica en que lo que se refleja es más un país del pasado que uno del presente, donde lo lógico es que todos tengan un lugar en la mesa. Pero, como cualquier práctica arraigada, esta no será fácil de dejar atrás, aunque haya muchas buenas razones para hacerlo. Una de ellas dice relación con los gobiernos corporativos de las empresas.


La evidencia sigue reafirmando a quienes sostienen que la presencia de mujeres en los directorios no sólo hace que las empresas sean socialmente más responsables, sino que tengan una diferente y más sustentable perspectiva sobre el riesgo, lo que deriva en mejores resultados de largo plazo. Un reciente estudio, que analizó las empresas listadas en bolsa de Estados Unidos, Reino Unido e India, calculó que la diferencia en resultados por composición de los directorios era de 655 miles de millones de dólares. Es decir, que las empresas con directorios exclusivamente masculinos habían dejado, en 2014 y en esos países, de ganar colectivamente esa suma, por esa sola razón. El dinero perdido, para hacerse una idea, es proporcional al valor accionario de Apple, Exxon o Google.


Pero el tema va más allá de incluir mujeres por el solo hecho de hacerlo. Habla sobre la diversidad de los cuerpos que toman las decisiones en las empresas. De cómo un grupo de trabajo tendrá un abanico de miradas disímiles, incluso opuestas, sobre un mismo punto, desde las cuales construir síntesis comunes más completas y mejor adaptadas a los desafíos estratégicos que la construcción de una empresa exige.


Se sabe que las capas ejecutivas de las compañías son bastante más heterogéneas que sus directorios. Todavía más la fuerza laboral general. Y aunque si bien el gobierno corporativo no está para representar a sus trabajadores, sí está para marcar y plasmar el tono de la cultura organizacional, tarea que tiene importantes consecuencias en el desempeño ético de las empresas. Así, un gobierno corporativo que no es capaz de ponerse en el lugar de sus públicos de interés, es uno que tendrá mayores dificultades para entenderlos, crear el tono cultural adecuado y gestionar la organización como los tiempos demandan.


Cuando todos los miembros de un grupo son muy similares entre sí, las respuestas y decisiones suelen ser también parecidas. Más complejo aún: grupos homogéneos tienen dificultad para definirse como tales y reconocer que, por ello, tienen un enorme desafío que enfrentar. La tendencia natural es a negar esta supuesta falta de diversidad, destacando que no todos vienen de los mismos colegios, o que algunos no son ingenieros sino abogados. Pero esas son, en el contexto actual, pobres respuestas ante el clamor social por mayor inclusión -de todo tipo-, demandas económicas por mejores resultados y disminución de brechas entre las empresas y las personas, que cada vez se ven menos reflejadas en ellas, lo que se traduce en graves consecuencias en la legitimidad y licencia social para operar.


Cuando el marco cultural y político donde se desenvuelven las empresas chilenas ha cambiado tan profunda y rápidamente en los últimos años, las mismas decisiones de siempre ya no bastan. Diversidad de género, de origen social, de contextos culturales, raciales, nacionales o religiosos, de disciplinas profesionales e incluso de simple apariencia, pasan rápidamente de ser un activo a convertirse en un necesario soporte para la sustentabilidad corporativa en un contexto de diálogo social.


La conveniencia de directorios diversos es clara y la tarea de impulsarlos debiera estar en manos de los accionistas que, lamentablemente, suelen compartir el problema. Por esto es que la oportunidad está abierta para liderazgos transformadores, que puedan convencer con el ejemplo y argumentos claros sobre el camino a seguir, antes de que nuevamente sea la regulación la que termine decidiendo por ellos.

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