Enrique Manzur

Impuestos invisibles y ciudadanos apáticos

Por: Enrique Manzur | Publicado: Jueves 27 de noviembre de 2014 a las 05:00 hrs.
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Recientemente se dieron a conocer los resultados de la Encuesta Nacional Bicentenario 2014, la que mostró que alrededor de un tercio de los chilenos no es capaz de nombrar ningún impuesto de los que él o su familia paga durante el año. Más aún, el 65% de los encuestados no menciona espontáneamente el IVA cuando se le consulta por los impuestos que paga. Lo anterior, es particularmente sorprendente si consideramos que el IVA es un impuesto universal que grava a cualquier persona que realice una transacción, desde la compra de pan hasta la adquisición de un automóvil nuevo.


La explicación de esta escasa conciencia se debe en parte al hecho de que, en nuestro país, el cobro del IVA no se desglosa, sino que está incorporado en el precio final del bien o servicio. Esto en contraste con lo que ocurre en países como Estados Unidos, en que el precio de los productos se informa y publicita sin incluir el impuesto, el que al momento de la compra se adiciona como un ítem separado en la respectiva boleta, aumentando significativamente la percepción del impuesto pagado.


Se imagina como aumentaría la conciencia de los chilenos respecto a este gravamen si el IVA se cobrase en forma separada en cada transacción. Por otra parte, en el caso del impuesto a la renta la mayoría de los chilenos están exentos del mismo. De acuerdo a las cifras del SII, casi el 80% de los más de 7 millones de contribuyentes no supera el umbral de ingresos (alrededor de $580 mil mensuales) a partir del cual las rentas personales están afectas. Lo anterior, explica por qué sólo el 23% de los encuestados menciona dicho impuesto.


Este desconocimiento por parte de la ciudadanía podría ser simplemente un hecho anecdótico y relativamente trivial, sin embargo hay buenas razones para que resulte preocupante. Lo primero es que demuestra el bajo nivel de formación cívica de la población y por extensión la escasa comprensión de los conceptos e interacciones más básicas del sistema económico.


Nuevamente, el problema parece radicar en un deficiente sistema educacional que no entrega los conocimientos y competencias mínimas que se requieren. La segunda fuente de preocupación es que esta invisibilidad de los impuestos implica que tampoco se comprende de donde provienen los recursos que financian el presupuesto nacional. Por ejemplo, el IVA representa alrededor de la mitad del total de recaudación fiscal, incluso superando a lo que se recauda por el impuesto a la renta.


Por lo tanto, una parte significativa de la población considera que ellos no aportan al erario nacional y por ende no se sienten llamados a influir en la elección del destino de los recursos públicos ni tampoco a cuidar que estos se utilicen adecuadamente.


Esto se traduce en un desinterés respecto al destino y la eficiencia con que el Estado utiliza los recursos que recauda. Lo anterior, contribuye a debilitar la participación ciudadana y afecta el correcto funcionamiento del sistema democrático.

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