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Gane el que gane, la salida no será rápida

Alexi Olivares

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Pese a que la segunda vuelta acotó las opciones, la clave para que Brasil vuelva a tomar vuelo no está en quién sea el próximo presidente, si no en la ejecución de las reformas clave.

El 5 de octubre pasado se dio el primer paso para despejar parte de la incertidumbre que existe en torno al futuro económico de Brasil. Mientras esperamos el desenlace final de esta elección, nuestro equipo experto de Private Banking y Welth Management ha decidido mantenerse “infraponderado” en renta variable brasileña y latinoamericana en relación al resto de los mercados emergentes. La razón principal es la alta volatilidad que se ha y seguirá dándose en la bolsa de Brasil, y debido a que Brasil tiene un peso específico en el índice de mercados emergentes de la zona.

A nuestro juicio, la clave para que Brasil pueda ver algo más de luz al final de este camino está en la ejecución de reformas. Algo no menor puesto que el Congreso de este país es uno de los más fragmentados del mundo, con 22 partidos políticos representados y donde aproximadamente un tercio está bajo el control del Partido de los Trabajadores (PT) de la mandataria, Dilma Rousseff. Esto es un escollo al momento de plantearse reformas de fondo, puesto que obligatoriamente se necesita aunar mayoría parlamentaria para su aprobación.

Nuestra percepción es que si finalmente Rousseff logra ser reelegida, no cabe esperar grandes cambios de timón. El Índice de Reformas Estructurales en Brasil se ha mantenido sin cambios en los últimos cinco años, tras alcanzar un nivel de aproximadamente el 65% de su potencial de reforma total. Las reformas comerciales y financieras iniciadas en la ola de cambios impulsada a inicios de los 90 ya están plenamente activas. Sin embargo, las reformas laborales y fiscales no han recibido suficiente atención y están siendo un lastre para la economía.

Es más, consideramos que la continuidad de Rousseff al mando de Brasil generaría una importante presión a la baja en la bolsa y la divisa del país. Tradicionalmente el PT ha favorecido los grandes acuerdos y Rousseff podría llegar a inclinarse algo más hacia la izquierda en este eventual segundo período a fin de complacer a los parlamentarios del PT y a las bases de su partido.

Frente a este escenario, nuestro banco prefiere mantener la postura de infraponderación para el mercado de renta variable brasileño, pues entendemos que las elecciones, independiente de quien obtenga la victoria, no ejercerán un efecto positivo inmediato sobre la economía. ¿Que podría cambiar nuestra postura? Pues que quien fuera el ganador anunciara una agenda clara para atajar los problemas de inflación y falta de productividad.

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