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Gina Ocqueteau

¿Innovar o quedarse atrás?

GINA OCQUETEAU Emprendedora

Por: Gina Ocqueteau

Publicado: Jueves 11 de diciembre de 2025 a las 04:03 hrs.

Gina Ocqueteau

Gina Ocqueteau

Cuando un suelo se cultiva durante demasiados años con la misma semilla, pierde nutrientes, se vuelve menos fértil y termina debilitado. Como el terreno no recibe diversidad, descanso ni nuevos aportes, deja de regenerarse. Algo similar ocurre con las grandes empresas que operan mirando únicamente hacia adentro. Cuando no rotan miradas, no se abren al entorno ni se exponen a nuevas ideas, sus “nutrientes” -la creatividad, el aprendizaje, la innovación- empiezan a agotarse. Las organizaciones se vuelven menos adaptables, repiten viejas fórmulas y, poco a poco, quedan rezagadas frente a quienes sí se dan el tiempo de renovarse y cultivar su capacidad de evolucionar.

Estos últimos años hemos comprobado esta premisa en las empresas chilenas gracias al florecimiento de alternativas de innovación de diversos orígenes, que marcan una diferencia entre quienes recurren a ellas y quienes no. Cada vez son más las compañías que entienden el valor de destinar recursos a la innovación, no solo como una tarea para derivar a terceros: hoy contamos con varios ejemplos de oficinas o subdivisiones que operan de manera interna y se toman el ítem innovación realmente en serio. Esa es la diferencia entre un tiro al aire versus el desarrollo de innovación de manera sistemática.

“En un escenario de desaceleración, la innovación es una necesidad estratégica, porque las empresas que innovan mejoran su competitividad y están mejor preparadas para sortear momentos de incertidumbre”.

El Ranking de Innovación del ESE Business School de la Universidad de los Andes da cuenta de ello, destacando a quienes innovan en contextos desafiantes y logran transformar la incertidumbre en algo positivo. Uno de los ejemplos más concretos es Mercado Libre, elegida en 2025 como la empresa más admirada en innovación tras la votación de los gerentes generales de las 122 compañías participantes. Varias otras sobresalen en diferentes categorías e industrias como minería, alimentación, transporte, logística, telecomunicaciones, etc. De hecho, este año Chile se posicionó nuevamente como líder en innovación en América Latina y el Caribe, de acuerdo con el Índice Global de Innovación 2025 (GII), gracias a su desempeño en ámbitos como instituciones, infraestructura, sofisticación de mercado y conectividad digital.

El contexto económico actual hace aún más urgente que el camino innovador sea una constante. La OCDE recientemente mantuvo sus proyecciones de crecimiento para Chile en 2,4% para 2025, pero las revisó a la baja para 2026, de 2,5% a 2,2%. En un escenario de desaceleración, la innovación es una necesidad estratégica, porque las empresas que innovan mejoran su competitividad y están mejor preparadas para sortear momentos de incertidumbre.

Es un hecho que la apertura a nuevas ideas puede revitalizar organizaciones. Conectar con emprendedores, incorporar tecnologías disruptivas, escuchar voces diversas dentro y fuera de la compañía, son formas de oxigenar la cultura corporativa. No hablo solo de crear un laboratorio de innovación aislado, sino de permear toda la organización con una mentalidad de mejora continua y adaptación.

La pregunta no es si podemos permitirnos innovar, sino si podemos permitirnos no hacerlo. Porque así como un suelo agotado necesita nuevos nutrientes para volver a dar frutos, las empresas necesitan constantemente renovar sus ideas, sus métodos y su forma de relacionarse con el mundo. Así podrán seguir creciendo, generando valor y contribuyendo al desarrollo de un país que necesita, más que nunca, compañías capaces de reinventarse.

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