Hermann González

Salario mínimo, una discusión técnica y valórica

La discusión del salario mínimo no es solo una cuestión técnica...

Por: Hermann González | Publicado: Miércoles 25 de junio de 2014 a las 05:00 hrs.
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La discusión del salario mínimo no es solo una cuestión técnica. El alto nivel de desigualdad de nuestra economía, que la ubica en el último lugar entre los países OCDE en esta dimensión, convierte este debate en una oportunidad para mejorar las condiciones salariales de los trabajadores que ganan menos, quienes siguen expectantes la discusión a la espera de un reajuste que les permita recuperar el poder adquisitivo perdido como consecuencia de la inflación y, en lo posible, recibir un incremento real. Sin embargo, un aumento excesivo del salario mínimo puede terminar perjudicando a quienes se quiere favorecer, lo que puede ser aún más evidente en un escenario de desaceleración económica.

El programa de gobierno de Michelle Bachelet planteaba alcanzar un salario mínimo de $ 250.000 a mediados del período presidencial, “dentro de los márgenes del crecimiento previsto”. De concretarse este incremento, en dos años se acumularía un reajuste nominal de 19%, una buena noticia para los trabajadores que ganan este salario, siempre y cuando puedan mantener su empleo después de estos reajustes. En efecto, los impactos de aumentos del salario mínimo en Chile están bien documentados, encontrándose efectos negativos sobre el empleo de los jóvenes y de los trabajadores con menores niveles de educación.

El escenario de crecimiento económico en el período 2014-2017 ha cambiado drásticamente desde que se ideó el programa de gobierno, por lo que espero, por el bien de los trabajadores, que haya la flexibilidad necesaria para ajustar el guarismo comprometido. El menor crecimiento económico reducirá la creación de empleos en los próximos años. Además, en promedio la cantidad de trabajo demandada se reducirá 0,3% por cada 1% de alza del salario mínimo. Por otra parte, según un estudio publicado por el Departamento de Economía de la Universidad de Chile en noviembre de 2013 (J. Chamorro y J. Ramos), al considerar un alza del salario mínimo hasta $250.000, el número de trabajadores afectos se eleva hasta 1.330.000, una fracción significativa de la fuerza de trabajo, lo que incrementa el impacto agregado del reajuste en la creación de empleos. Con la metodología de este mismo estudio es posible estimar que con el alza propuesta para los próximos dos años se crearían cerca de 40 mil empleos menos que en un escenario de reajustes acordes con el crecimiento de la productividad y la inflación esperada. De esta forma, un reajuste del orden de 5% ($220.000) este año parece adecuado en el contexto actual para no generar una presión adicional sobre el mercado laboral, mientras que cifras mayores que esta debiesen ir acompañadas por esfuerzos relevantes de capacitación con apoyo fiscal para atenuar el impacto sobre el empleo.

Finalmente, es necesario señalar que la discusión del salario mínimo involucra todos los años una gran cantidad de recursos, semanas o meses de discusión para acordar un guarismo que tiene evidentes elementos técnicos, lo que resta espacios para la discusión de otras iniciativas que requieren mayor debate de ideas y posiciones. Hoy los ejemplos de estas “otras iniciativas” sobran. Por esto, se hace indispensable que el país avance hacia una institucionalidad técnica de carácter permanente para la fijación del salario mínimo.

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