Hong Kong es un foco de tensión en la nueva Guerra Fría
Gideon Rachman © 2019 The Financial Times Ltd.
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Gideon Rachman
Hong Kong ha desempeñado un papel central en las dos grandes historias de nuestra era: el ascenso de China y la globalización de la economía mundial. Pero el mundo ahora está ingresando en una era de posglobalización caracterizada por los disturbios populistas y por las crecientes tensiones entre EEUU y China. Y, una vez más, Hong Kong representa una parte fundamental de la historia.
Durante casi dos meses, el territorio habitado por 7.4 millones de personas se ha visto afectado por una ola de manifestaciones. Esto comenzó como una protesta contra una propuesta para permitir que los sospechosos fueran extraditados a China continental. Pero ahora se ha convertido en un reclamo más amplio en contra de la violencia policial y en demandas de elecciones democráticas.
No es difícil detectar la conexión entre el desorden en Hong Kong y el enfrentamiento más amplio entre Washington y Beijing. Incluso sin las sanciones estadounidenses, una opresiva intervención china — por ejemplo, el despliegue del Ejército Popular de Liberación (EPL) en las calles de Hong Kong — ocasionaría una espontánea pérdida de confianza, lo cual provocaría que las empresas internacionales se retiraran del territorio.
Algunos argumentan que Beijing ya no necesita a Hong Kong para actuar como entrada a Occidente. Pero aunque China es hoy irreconociblemente más rica que hace 30 años, existen ciertas funciones cruciales que el territorio aún desempeña para el continente. Las compañías chinas que desean cotizar sus acciones en los mercados internacionales necesitan a Hong Kong, cuya bolsa de valores ocupa el quinto lugar como la más grande a nivel mundial. El territorio también actúa como un centro crucial para servicios legales y para seguros. Un sinnúmero de familias chinas ricas tienen inversiones y cuentas bancarias en Hong Kong, y se mostrarán reacias a perjudicar sus participaciones financieras.
Sabiendo todo eso, los manifestantes de Hong Kong tienen la esperanza de que la amenaza de sanciones estadounidenses obligue a China a hacer concesiones ante sus demandas.
Es probable que la necesidad de mantener el control político en Hong Kong sea primordial para Beijing. Así es que, si el gobierno chino pensara que funciona, no dudaría en desplegar tropas. Pero los peligros de enviar al EPL se entienden en Beijing. Incluso el periódico nacionalista "Global Times" recientemente publicó un artículo de opinión en contra de la intervención del EPL con el argumento de que se toparía con una resistencia local, dificultando la consolidación del control.
Por el momento, entonces, parece más probable que China intente esperar a que las manifestaciones amainen, con la esperanza de que pierdan impulso conforme el verano se convierta en otoño y los estudiantes regresen a la escuela y a la universidad. Pero el movimiento de protesta parece estar escalando, en lugar de estar desvaneciéndose.
Durante los años de auge de la globalización, siempre se dijo que Hong Kong era el epítome de una ciudad comercial cuyos ciudadanos se preocupaban poco por la política, siempre y cuando pudieran vender y hacer compras. Pero, a nivel mundial, el período en el que las preocupaciones económicas siempre parecieron anteponerse a la política ha terminado. Una vez más, Hong Kong se encuentra a la vanguardia de una nueva era.