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Columnistas

La urgencia de reconectar a los innovadores con nuestras bolsas locales

JUAN PABLO CÓRDOBA CEO de nuam

Por: Equipo DF

Publicado: Miércoles 11 de junio de 2025 a las 04:02 hrs.

En América Latina se ha vuelto común celebrar las historias de éxito de emprendedores locales que levantan capital en Nueva York, Londres o Silicon Valley. Sin embargo, cuando esas compañías optan por escalar fuera de nuestros mercados, también nos están enviando una señal: el ecosistema financiero local no está ofreciendo las condiciones necesarias para que los proyectos innovadores florezcan y permanezcan en la región.

Durante la última década, Chile, Colombia y Perú -tres economías con gran potencial emprendedor- han registrado una actividad bursátil primaria casi nula. Mientras, empresas como CornerShop o The Not Company han optado por vender su innovación a actores globales; otros gigantes regionales como Mercado Libre o NuBank decidieron listarse en el Nasdaq. ¿Qué tienen en común estas decisiones? Todas reflejan una búsqueda de liquidez, profundidad de mercado y visibilidad que nuestros sistemas financieros no ofrecen.

“Hoy, las grandes empresas tienen asegurado su acceso al financiamiento, pero el resto del tejido productivo enfrenta restricciones estructurales. La debilidad del segmento medio del mercado, donde deberían crecer las compañías tras su etapa de capital de riesgo, ha desincentivado la innovación y encarecido el costo del capital”.

Para cambiar esta tendencia no basta con programas aislados enfocados en las PYME o en ciertos nichos. La experiencia internacional muestra que el éxito de los mercados de capitales se basa en un ecosistema interconectado, donde cada eslabón -desde el capital semilla hasta los grandes inversionistas institucionales- tiene un rol. Si ese engranaje se rompe en algún tramo, se paraliza todo el circuito de financiamiento, afectando a las empresas medianas, emergentes y con modelos disruptivos.

Hoy, las grandes empresas tienen asegurado su acceso al financiamiento. Pero el resto del tejido productivo - donde florecen las nuevas ideas- enfrenta restricciones estructurales. La debilidad del segmento medio del mercado, donde deberían crecer las compañías tras su etapa de capital de riesgo, ha desincentivado la innovación y encarecido el costo del capital. En Chile, la salida de actores clave como las AFP de ese espacio, sumado a políticas que han erosionado los incentivos para otros inversionistas, ha desarticulado una ruta que debería ser continua: desde el emprendimiento, pasando por el escalamiento, hasta el mercado principal.

El acceso a financiamiento para emprendedores continúa siendo un desafío relevante en Chile. Según el Global Entrepreneurship Monitor 2024/2025 (GEM), la facilidad de acceso a financiamiento en el país obtuvo una puntuación de 4 sobre 10, ubicándose en el 7° lugar dentro de 19 economías similares, pero por debajo del nivel considerado suficiente. Esta limitación se ve reflejada en la percepción general sobre el ecosistema emprendedor, donde el 65,6% de los adultos encuestados afirmó que hoy es más difícil iniciar un negocio que el año anterior. Si bien iniciativas como Start-Up Chile han contribuido a mejorar el acceso a fondos, el financiamiento sigue siendo una barrera importante para el desarrollo de nuevos emprendimientos en el país.

La OCDE señaló que, en un entorno global de menor crecimiento y mayor fragmentación, los países deben redoblar esfuerzos por construir motores internos de desarrollo. Para América Latina, ese motor no es otro que la capacidad de convertir ahorro en inversión productiva; innovación en escala; y talento en empresas sostenibles.

No se trata de reemplazar el sistema financiero actual, sino de ampliarlo y diversificarlo. El aumento en el costo regulatorio ha encarecido el capital para los bancos y esto hace que el crédito bancario sea más costoso y escaso. Las economías no pueden depender solo del crédito bancario y es ahí donde los mercados públicos y privados de crédito y capital, deben aportar. Además, como bien ha señalado Larry Fink, Chairman y CEO de Blackrock, si los inversionistas en general tienen acceso a estos mercados, la riqueza que en ellos se genera, se distribuye de manera más amplia en la sociedad.

Tenemos el talento, las ideas y el ahorro. Nos falta articularlos. Entender que el financiamiento de nuevas ideas depende del buen funcionamiento de todo el ecosistema financiero, no de piezas aisladas. Es momento de convertir el mercado financiero latinoamericano en un verdadero motor de desarrollo. No para competir con Wall Street, sino para que nuestras mejores ideas no tengan que irse tan lejos para hacerse realidad y para que parte de la creación de riqueza se quede en casa y se distribuya.

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