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La urgencia por una mayor productividad en la minería

Hernán de Solminihac

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Hernán de Solminihac

La persistente caída de la productividad minera se evidencia desde el año 2000, según nuestro estudio de Clapes UC, constatando una caída entre el 60% y el 80% hasta el año 2013. Paradógicamente en este mismo periodo hubo un fuerte incremento del precio del cobre, sin embargo esto no explica directamente esta caída, sino más bien es el aumento en el precio de la energía, la caída en las leyes del mineral, y el desalineamiento de la variación de los salarios reales con los cambios de la productividad, entre las principales razones.

Ahora, la acelerada caída del precio del cobre en el último tiempo, incluso en torno al 15% en solo lo que va de este año 2015, llegando al nivel más bajo en cinco años y medio, es una noticia que preocupa a uno de los principales sectores productivos del país, como es la minería, y que plantea la urgencia para trabajar en mejorar su productividad.

Aumentar la eficiencia en el uso del capital físico de las empresas, la búsqueda de un alineamiento de expectativas del capital humano con metas de rendimiento y el trabajo en las mejoras institucionales para aumentar el clima de hacer negocios, junto al fortalecimiento de expectativas de inversión nacional y extranjera, son algunas medidas que deben realizarse para mejorar la productividad y con ello compensar la baja en el precio del cobre.

En el uso del capital físico, el desafío es aprovechar la caída de los precios del petróleo y su impacto en el resto de los combustibles energéticos. Estas reducciones en el costo de producción se experimentarían principalmente en una baja de costos de operación (C1) de hasta un 20%. En los últimos seis meses, el petróleo retrocedió un 50% y el gas natural empieza a mostrar la misma tendencia a menor ritmo. Esta caída en el precio de los combustibles y por consiguiente un traspaso al precio de electricidad podrían impulsar ganancias de productividad media laboral de hasta 0,8% en un año. Si a esto le sumamos la materialización de la implementación de la agenda energética en la búsqueda de reducción de precios de energía se podría alcanzar otro incremento de 10% en el periodo que comprende la agenda. Ambas estimaciones se realizaron en base al modelo que describe la productividad minera desarrollado por Clapes UC a fines del 2014.

Asimismo, el capital humano puede aportar entre un 12%-35% en la búsqueda de mayores tasas de productividad total. La compañías pueden continuar y profundizar las mejoras de eficiencia en todos los procesos y áreas, optimizar los servicios de terceros. Indudablemente, que la medida con la cual los trabajadores pueden aportar al alineamiento de sus expectativas salariales es el aporte que cada uno de ellos hace a la producción.

En este contexto, el factor institucional es decisivo. El Estado puede jugar un rol determinante en propiciar el clima para el desarrollo de condiciones de mercado que sea propicio para la inversión y para la eficiencia en los procesos de aprobación y gestión de proyectos. Se deben considerar los impactos que vaya a tener la reforma laboral, principalmente considerando la posibilidad de existencia de la titularidad sindical interempresa que rompe el criterio de optimización con productividad laboral de cada una.

Esperamos que esta coyuntura nos permita a todos los involucrados públicos, académicos y privados en el desarrollo de la principal industria del país, revertir esta tendencia negativa en la productividad, para poder seguir aportando al desarrollo de Chile.

*Esta columna fue elaborada en conjunto con Luis E. Gonzales, también de ClapesUC

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