Prácticamente inadvertido pasó a principios de este mes el ingreso de un proyecto de ley que propone declarar feriado el 17 de septiembre de este año. Su autora y principal promotora es la subjefa de la bancada independiente-PPD, diputada Camila Musante, quien está convencida de que la medida tendría múltiples beneficios, tanto sociales y turísticos como económicos.
Si bien este feriado no sería irrenunciable, el beneficio -dice su autora- sería un incremento en el consumo y generaría empleos temporales en la hotelería, comercio y otros rubros; fomentaría el turismo; y, conllevaría una mejora en la salud mental de los chilenos.
Pese al entusiasmo de la diputada, la idea comenzó a general un debate en el Congreso con quienes se oponen a la propuesta.
“Ofertones electorales”
Uno de ellos es el diputado opositor Frank Sauerbaum (RN), quien argumentó que, contrariamente a lo que propone Musante, en su partido estiman que es necesario regular los feriados en Chile, que es “el segundo país en el mundo que tiene más feriados”. De hecho, el diputado plantea que lo que habría que hacer en nuestro país es aumentar las vacaciones, disminuyendo los feriados, pues de este modo no se interrumpiría la actividad productiva.
Incluso, Sauerbaum, detalló que un nuevo feriado tendría un costo de alrededor de US$ 110 millones, lo que constituye “una mala noticia para los 910 mil cesantes que hoy día tiene el país”.
En términos más políticos, su compañero de bancada, el diputado Andrés Longton, quien también se opone a la medida, planteó que “estos son los ofertones electorales propios de años de campaña”. Y que en la actual crisis de desempleo, una propuesta como la de la diputada Musante le generaría un gran daño al país, desde el punto de vista de la empleabilidad.