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Columnistas

Los desafíos de política comercial internacional del próximo Gobierno

MATÍAS PINTO PIMENTEL Partner, GeoGiG Consulting

Por: Equipo DF

Publicado: Martes 18 de noviembre de 2025 a las 04:00 hrs.

El próximo Gobierno se enfrentará a un entorno internacional que ya no se parece en nada al que permitió la expansión comercial de las últimas décadas. José Antonio Kast y Jeannette Jara podrán diferir en sus ideologías, pero quien salga electo enfrentará un desafío ineludible: Chile deberá redefinir su política comercial y económica internacional en medio del mayor reordenamiento geopolítico desde la Guerra Fría. Ese es un debate que aún no se instala.

Lo urgente es restablecer la relación con Estados Unidos, que hoy se encuentra en su punto más bajo desde el retorno a la democracia. No solo porque estamos en plena negociación, sino porque EEUU ya cerró acuerdos con Australia, Corea, Argentina, Suiza y otros países; redujo unilateralmente aranceles agrícolas; y está reordenando sus cadenas de suministro. A esto se suma el pendiente System Approach para la uva de mesa y los aranceles que afectan a exportaciones como madera, salmones, frutas y vinos.

“El mayor desafío será cómo manejar la competencia estratégica entre EEUU y China (...) La disputa ya no se define solo por aranceles, sino por estándares tecnológicos”.

Otra urgencia será la atracción de inversión y mantener una comunicación fluida con los inversionistas ya instalados, ofreciendo la mayor certeza regulatoria posible. A esto se suma una decisión inevitable: ¿Chile debe adoptar un sistema de investment screening? Tenerlo o no tenerlo tiene costos. Finalmente, el próximo gobierno deberá decidir si ajusta la arquitectura institucional de promoción, hoy dispersa entre ProChile, InvestChile, agregados y Cancillería. Mantener duplicidades es un costo que Chile ya no puede permitirse.

Ahora el mayor desafío será cómo manejar la competencia estratégica entre EEUU y China. Esta ya dejó de ser un choque entre potencias y se convirtió en un dilema para países como Chile. La disputa ya no se define solo por aranceles, sino por estándares tecnológicos -inteligencia artificial (IA), chips, ciberseguridad, datos, cloud y energía- que son incompatibles entre sí. El futuro Gobierno tendrá que optar, explícita o implícitamente, por un ecosistema.

En este contexto, la competencia por minerales críticos y un superciclo de infraestructura energética + IA. Chile es actor central en cobre y litio, pero carece de una estrategia geopolítica para maximizar su posición. Deberá decidir qué demanda atenderá prioritariamente, qué compromisos asumirá y cómo competirá cuando, hacia el final del próximo Gobierno, entren en operación los grandes proyectos de inversión en minerales críticos de EEUU y sus aliados. Ese cambio puede modificar el equilibrio del mercado y reducir la dependencia del mundo respecto de Chile. Ignorarlo sería una negligencia.

A este escenario se suma el deterioro del sistema multilateral, con una Organización Mundial de Comercio (OMC) paralizada, una Unión Europea que endurece sus requisitos para las importaciones, un Asia que avanza en nuevos megaacuerdos y una América Latina profundamente fragmentada. Todo esto ocurre mientras Chile mantiene negociaciones pendientes con India y Filipinas, que requieren una definición estratégica.

Los próximos cuatro años exigirán una política comercial capaz de adaptarse a un entorno marcado por tensiones geopolíticas, nuevos estándares tecnológicos y un multilateralismo debilitado. El Gobierno que asuma en marzo de 2026 deberá restablecer vínculos prioritarios, definir su inserción tecnológica, asegurar la competitividad exportadora, atraer inversiones y avanzar en acuerdos pendientes con una mirada estratégica. La estabilidad y el crecimiento del país dependerán de la rapidez y coherencia con que se enfrenten estos desafíos.

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