Medias verdades en materia de empleo
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Existen muchas medias verdades dando vuelta en la opinión pública, pero me referiré específicamente a dos relacionadas al empleo, cuyos datos conocimos el 30 de agosto: 813.011 nuevos puestos de trabajo entre el trimestre enero-marzo 2010 y el trimestre mayo-julio 2013 y una tasa de desempleo que bajó desde 9% a 5,7% en ese mismo periodo.
La primera de estas medias verdades es que dado que la nueva metodología considera como ocupado a una persona que trabaja una hora a la semana, esto explica la potente creación de empleo. La primera parte de esta afirmación es cierta: en 2009 el INE implementó un cambio metodológico para adecuarse a los estándares internacionales, que efectivamente, considera como ocupado a una persona que haya trabajado una hora en la semana de referencia. Por supuesto, la conclusión es totalmente falsa: si fuese el cambio metodológico el que explica la potente creación de empleo una proporción menor de los trabajos creados corresponderían a empleos de jornada completa.
¿Cuál es la realidad? De los 813.011 empleos creados desde el trimestre enero-marzo 2010 los empleos a jornada completa han aumentado en 490.194 puestos, es decir, 60,3% de la creación total. Y de los empleos a jornada parcial, 257.522 son de carácter voluntario, es decir, la persona no desea trabajar más horas. Esto representa 31,7% de la creación total. Finalmente, el subempleo (personas que trabajan 30 horas o menos y les gustaría trabajar más) ha aumentado en 65.296 puestos, lo que representa el 8% de la creación total de empleos. En consecuencia, el 92% de los empleos creados corresponde a jornadas completas o parciales voluntarias, derribando así el mito del cambio metodológico.
Además, existen otras encuestas sin cambio metodológico que muestran las mismas conclusiones en materia de empleo: la Encuesta de la Universidad de Chile muestra una caída de la tasa de desempleo en el Gran Santiago de 10,8% el primer trimestre de 2010 a 6,2% el segundo trimestre de 2013, esto es, una disminución absolutamente en línea con la reportada por el INE.
La segunda media verdad que se ha intentado difundir es que como existen empleos precarios entonces la creación de empleo ha sido precaria. Nuevamente, se mezcla una verdad con una mentira. No existe país en el mundo que tenga cero empleo precario y Chile no es la excepción. Lo importante es que si aspiramos a llegar al desarrollo el empleo precario sea lo más bajo posible y para medir los avances en esta materia, lo relevante es comparar el punto de partida con el de llegada y no la “foto”. Si por ejemplo, en un gobierno hay hoy 1.000 empleos precarios, pero comenzó con 5.000, ciertamente ha tenido un gran avance y es engañoso argumentar que como aún existen 1.000 empleos precarios la creación de puestos de trabajo ha sido precaria. Así, cuando partió la actual administración ya existían 733.390 subempleados y sólo 3.414.525 trabajadores (entre 6.925.551) tenían contrato escrito y todas sus cotizaciones. En este sentido, lo que el gobierno ha dicho es que el empleo de calidad ha liderado la creación de empleos: de los 813.011 nuevos puestos, 733.266 son con contrato escrito y todas sus cotizaciones (equivalente al 90,2%) y 747.716 (el 92%) son de jornadas completas o parciales voluntarias. En consecuencia, ha habido un cambio de composición hacia una mejor calidad del empleo. Ciertamente hay mucho por avanzar, pero se han dado grandes pasos en la dirección correcta.
Aunque en el fragor de la contienda electoral muchas veces existe la tentación de tergiversar la realidad para opacar los logros, es necesario y justo reconocerlos cuando estos existen.