Medidas en pandemia: cambio de énfasis
Gonzalo Said Presidente Fundación Generación Empresarial
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Gonzalo Said
La respuesta de las políticas públicas ante la crisis sanitaria se ha enfocado correctamente -en la primera etapa- en contener los contagios y entregar un soporte económico a las familias. Los contundentes paquetes fiscales y el rápido proceso de vacunación han atenuado los efectos devastadores que en otras latitudes han asolado a las familias y nos tienen expectantes sobre el avance gradual a la nueva normalidad.
Lamentablemente, hay aspectos claves para la vida de las personas que no han gozado de la misma evolución. El empleo exhibe un rezago preocupante y no ha sido abordado con la debida fuerza que merece el motor de los ingresos de las familias. A nivel internacional, la OIT espera que unos 220 millones de personas sigan desempleadas este año y que los puestos de trabajo perdidos por la crisis sanitaria no se recuperen hasta al menos 2023. A nivel local, según los datos del Centro UC de Encuestas y Estudios Longitudinales, la tasa de ocupación llegó en julio a 47,8%, por debajo del mes previo y lejos del nivel prepandemia (58,2%).
Este deterioro abrupto del mercado laboral no puede quedar relegado en el mix de soluciones público-privadas. Tal como la política monetaria y fiscal son utilizadas para estimular desalineamientos de corto plazo de la economía, es necesario diseñar con urgencia una agenda pro-empleo que nos ayude a recuperar el espacio perdido en esta materia. El Gobierno tiene activas cuatro líneas de subsidios (Regresa, Contrata, Protege y Nuevo empleo) y actualmente se discuten medidas adicionales en el Congreso, las que han tenido dificultades en su tramitación. Pero también es esencial el retiro del apoyo público una vez remita la pandemia, para evitar desincentivos en el mercado laboral.
Las empresas, por su parte, tienen mucho que aportar. Mantener los puestos de trabajo o ampliarlos -de la mano de la recuperación económica-; privilegiar acciones que mejoren las condiciones de las trabajadoras, cuya situación laboral depende muchas veces del cuidado de familiares; privilegiar la contratación de personas que vivan cerca de cada establecimiento -con menores tiempo de traslado y menores riesgos asociados-; invertir en programas de reconversión laboral, que entregan herramientas de empleabilidad a los trabajadores y les permiten desempeñarse en otras posiciones al interior de las empresas o fuera de ellas; implementar modalidades flexibles de teletrabajo -que privilegien las necesidades de los trabajadores más que el ahorro de costos de las empresas- y el uso de los instrumentos públicos para sostener el empleo, entre muchas otras medidas.
Tal como poner primera es esencial para hacer partir un auto, las medidas iniciales ante la crisis fueron cruciales para evitar una debacle sanitaria y económica. Pero una vez que el auto alcanza mayores niveles de velocidad, seguir en primera puede tener serios riesgos para el motor. De la misma manera, hoy se necesita poner todos los esfuerzos en el empleo y evitar mantener los estímulos, como bonos y otras ayudas fiscales, que fueron diseñados para lo peor de la crisis.