Oportunidades en energía para el próximo Gobierno
CLAUDIO SEEBACH Decano Facultad de Ingeniería y Ciencias UAI
El auge de los recursos energéticos distribuidos -como techos solares, vehículos eléctricos o bombas de calor-, la aparición de nuevos modelos de negocio como los agregadores de demanda, y la mayor competitividad de tecnologías para electrificar y digitalizar actividades intensivas en energía, están redefiniendo el sector. Aunque el proceso de electrificación del transporte y la calefacción está comenzando, promete transformar la gestión energética, otorgando a los consumidores un rol protagónico en la generación y administración de su energía.
Estos avances presentan desafíos y oportunidades estratégicas para Chile, permitiendo reposicionar a la energía como un motor de desarrollo e inversión. En este escenario, la confiabilidad, seguridad y resiliencia del sistema eléctrico son preocupaciones clave. No obstante, la regulación actual está desactualizada frente a los cambios tecnológicos, lo que dificulta la integración de estas innovaciones.
Es clave avanzar “en una reforma a la distribución que mejore la calidad de servicio, reduciendo la frecuencia y duración de las interrupciones; y recuperar la confianza y revisar el diseño institucional del sector eléctrico”.
Además, la erosión de la confianza pública y la legitimidad del sector eléctrico debido a interrupciones del suministro, como el apagón de febrero 2025 o eventos climáticos extremos como los de agosto 2024, y las demoras en la expansión de la red de transmisión han tensionado el funcionamiento del sistema y puesto en evidencia sus limitaciones operativas y regulatorias. A ello se suma la controversia tarifaria, que profundizó la preocupación ciudadana. Esto se ha visto agravado por un debilitamiento de las capacidades técnicas de los organismos clave para el buen funcionamiento del sector energía.
Recientemente, el Centro UAI de Soluciones Empresariales para el Desarrollo (SEDE) en conjunto con Icare y el apoyo del Centro UAI de Transición Energética, desarrollaron el ciclo de diálogo y trabajo “Crecer con Energía”, que reunió a un grupo diverso de líderes y expertos, que priorizaron dos propuestas fundamentales y urgentes para avanzar en paralelo.
Primero, una reforma a la distribución que mejore la calidad de servicio, reduciendo la frecuencia y duración de las interrupciones de suministro. Esta reforma debe combinar ajustes de corto plazo que incentiven inversiones en digitalización, calidad y resiliencia de la red, con medidas que faciliten la integración de recursos energéticos distribuidos.
En segundo lugar es clave recuperar la confianza y revisar el diseño institucional del sector eléctrico. Errores recientes en el cálculo de tarifas han generado conciencia pública sobre la necesidad de instituciones más sólidas y técnicamente capacitadas. Esta revisión es necesaria para avanzar todas las reformas técnicas del sector.
El grupo identificó además otras reformas pendientes como la modernización del mercado mayorista, que es prioritaria desde lo técnico, pero su implementación parece compleja. Asimismo, se propone expandir y fortalecer instrumentos tipo impuesto verde a más sectores de la economía, más allá del eléctrico, reducir gradualmente beneficios tributarios al diésel en transporte e invertir de forma selectiva en redes de distribución donde el retorno social sea alto y habilite electromovilidad y calefacción eléctrica.
Solo así podremos asegurar un futuro energético sostenible y confiable para Chile.
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