Si tu jefe alguna vez te invita a ti y a tu pareja a una fiesta de trabajo, ¿aceptas de inmediato, confiando en que tu encantadora y competente pareja mejorará tu posición en la oficina? ¿O rechazas la invitación, sabiendo que es muy probable que tu parlanchín y quisquilloso cónyuge se convertirá en una lacra vergonzosa para los negocios y tu carrera?
Qué suerte tienes si puedes responder que sí a la primera pregunta. Te has ganado una de las grandes loterías de la vida al adquirir un activo vital, aunque poco apreciado: una pareja que te facilita la vida laboral en lugar de dificultarla.
Pensé en esto el otro día mientras leía When The Going Was Good (Cuando todo estaba bien), las recientes memorias del exeditor de la revista Vanity Fair, Graydon Carter. Termina con una lista de consejos de vida que incluye lo que Carter considera los ingredientes esenciales que debes buscar en una pareja: alguien que sea divertido, interesante, inteligente y amable.
Tiene razón. Estas cualidades son importantísimas y no deben ignorarse en la vida empresarial. A lo largo de los años, he conocido a un número considerable de personas que han triunfado a pesar de tener parejas que les causaban mucha incomodidad.
Resulta que yo acabé con una pareja llena de cualidades positivas, una frase que escribiría incluso si él no leyera casi todo lo que escribo.
No me había dado cuenta de lo afortunada que soy hasta esta semana, cuando hablé con una académica que lleva años estudiando el desarrollo profesional.
“Las mujeres con mucha ambición deben encontrar una pareja que apoye su carrera”, afirma Anna Carmella Ocampo, de la escuela de negocios ESADE en España. “De lo contrario, la evidencia es clara: es mejor ser soltera”.
Esto se debe, en parte, a que las mujeres siguen atrapadas en lo que Ocampo llama la doble presión de ser la pareja y madre perfecta, además de la trabajadora perfecta. Pero no son las únicas que se benefician de un cónyuge que apoya su carrera profesional.
Un artículo publicado por Ocampo este año sugiere que también existen beneficios considerables para los hombres y los empleadores. El estudio analiza la llamada “capacidad de regulación emocional”, o la forma en que las personas manejan sus propios sentimientos y los de los demás. Altos niveles de este tipo de competencia emocional pueden hacer que una persona sea mejor en ciertos trabajos, más valiosa en equipos y, fundamentalmente, más deseable para los jefes.
El estudio mostró también que los empleados con parejas emocionalmente capaces presentaban hasta un 26% más de los rasgos que los jefes valoran, en comparación con aquellos con parejas menos serviciales.
Puede parecer obvio que una vida familiar feliz contribuye a una vida laboral más feliz y, por lo tanto, más productiva. Pero esto dista mucho de ser así en muchos lugares de trabajo, donde la vida doméstica a menudo se considera, en el mejor de los casos, irrelevante y, en el peor, una distracción molesta. En resumen, haz todo lo posible por encontrar una pareja que tenga todas esas cualidades positivas. Y luego busca un trabajo que te dé la flexibilidad para mantenerlo así.