Una empresa de energía estratégica para el país

Para el 2030 el mundo debe producir el doble de energía que producimos hoy y para cumplir este objetivo, muchas compañías están modificando la forma en que operan. Esperan una transformación en la manera en la que pensamos la energía, como la producimos y como la usamos. En ese escenario, cabe preguntarse cómo proyectamos el valor de ENAP en su dimensión estratégica para Chile y construimos una empresa pública sostenible, dinámica y capaz de evolucionar.

Desde que asumimos como administración, nos propusimos fortalecer el rol dinamizador de ENAP para ser un verdadero motor de desarrollo del país. Eso significaba contar con una compañía robusta y eficiente, por lo que elaboramos una estrategia de largo plazo que consideraba un plan de inversiones histórico.

La estrategia se construyó en un contexto internacional con precios del petróleo por más de tres años sobre los US$ 100 el barril; sin embargo, a partir del segundo semestre del 2014 hemos experimentado una sostenida caída, que se tradujo en un promedio de US$ 45 el año 2016. Este nuevo escenario ha significado un duro golpe a la industria, afectando los resultados y obligando a las empresas a recortar inversiones y ajustar personal. Ese escenario no ha sido ajeno para ENAP, la pista hacia nuestras metas se hizo mucho más pesada, pero la mezcla de poner foco importante en la gestión y aprovechar nuestra condición de empresa integrada, presente tanto en la producción de hidrocarburos, como en la refinación, ha permitido conseguir resultados que nos enorgullecen.

En primer lugar, cabe destacar el fortalecimiento financiero. Luego de una historia marcada por años buenos seguidos de años muy negativos, tras cerrar el 2016 como el cuarto año consecutivo con un EBITDA por sobre los US$ 600 millones, haber reconstruido el patrimonio y mejorado las utilidades de la compañía, ENAP logró consolidar una situación que le permite poder seguir adelante y mirar el futuro con confianza.

Y junto con los resultados, ha sido necesario desarrollar inversiones para asegurar un mejor futuro. Por cierto, eso contempla seguir invirtiendo en nuestras refinerías, para aumentar la producción de productos valiosos y disminuir considerablemente nuestros impactos ambientales. Asimismo, queremos profundizar nuestra apuesta en Magallanes por el desarrollo del gas no convencional, lo que no solo le ha dado un nuevo auge a la región, sino que también esperamos pueda terminar aportando a las necesidades del resto del país. Además, hemos tomado muy en serio nuestro compromiso con el desarrollo del mercado eléctrico, y más allá de nuestra participación en la próxima licitación a la que convocará la autoridad, este año esperamos seguir fortaleciendo nuestra posición en el sector con la construcción o entrada en operación de varios proyectos, como la primera planta geotérmica de Sudamérica, Cerro Pabellón, una Cogeneradora en Concón, y un nuevo parque eólico en Magallanes.

Afortunadamente, el país entiende la importancia de contar con una empresa estatal energética fuerte, lo que ha ido quedando demostrado en el Congreso con el consenso que ha ido teniendo la tramitación del proyecto que busca modernizar el gobierno corporativo de ENAP.

Los retos seguirán creciendo y mantendremos el espíritu pionero que caracteriza a ENAP. Debemos impulsar el desarrollo del país, asegurando las mejores soluciones energéticas, con un foco por alcanzar estándares de seguridad de clase mundial, mantener excelencia operacional, compromiso con el medio ambiente y fortalecer una relación de mutuo beneficio con nuestras comunidades vecinas.