Editorial

Agenda de seguridad: errores que complican

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Precisamente en una agenda que se está mostrando uno de los principales y más urgentes desafíos del actual gobierno -la seguridad y el control de la violencia-, la primera autoridad a cargo ha cometido en pocas semanas una seguidilla de errores que dificultan su tarea y, según personeros del propio oficialismo, “minan su credibilidad” al no tener “sustento en la realidad”.

Así, los gravísimos dichos de la ministra del Interior ante la Comisión de Seguridad Ciudadana de la Cámara de Diputados anteayer van mucho más allá del “error comunicacional” que le atribuye el gobierno, como también de “emitir información incorrecta”, según ella misma reconoció en su disculpa posterior. La ministra hizo una acusación directa al gobierno anterior de haber ocultado el retorno al país de migrantes que habían sido expulsados, a lo que aludió como parte de la explicación para el mal control de la crisis migratoria que estalló en los últimos años.

Ciertas actuaciones de la titular de Interior sugieren un foco incorrecto en temas clave de su cartera y un escaso manejo del cargo.

Otras actuaciones de parecido tenor parecen apuntar a un patrón de comportamiento. La ministra criticó apresuradamente a Carabineros por el supuesto disparo a un estudiante durante una marcha, por lo cual tuvo luego que retractarse; su uso del término “wallmapu” para referirse a partes del sur del país donde impera la violencia hace años no sólo valida una muy discutible definición territorial político-ideológica sin base jurídica, sino que causó un roce con Argentina previo a la gira del Presidente Boric, pues el concepto también incluye territorio transandino (por ello también pidió disculpas públicas, aunque no ha dejado de usar la expresión). Asimismo, su reiterada mención a la “violencia del Estado” en La Araucanía, pero no al terrorismo de los grupos violentistas y sus víctimas, confunde respecto de las causas -y posibles soluciones- de esa problemática.

Estos y otros “errores no forzados” de la titular de Interior, como los han calificado en el oficialismo, sugieren un foco incorrecto en temas clave de la agenda de seguridad (los rutinarios desmanes de la mal llamada “protesta social” son otro ejemplo), a la vez que una insuficiente apreciación de las responsabilidades del cargo.

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