La cercanía de las fiestas de fin de año, sobre todo Navidad, vuelve a poner a prueba la aplicación de la Ley de Etiquetado de Alimentos, en especial lo relacionado con la publicidad de productos “altos en” a menores de 14 años.
La nueva normativa, que entró en vigencia hace unos seis meses, ya enfrentó un primer escrutinio para Halloween, celebración de la que se obtuvieron algunas orientaciones.
Un asunto que causó esa vez y ahora preocupación en la industria alimenticia y en los grandes distribuidores, como los supermercados, es la forma correcta de comercializar productos con envoltorios que podrían considerarse publicidad a menores. Jumbo, en una medida inédita en el país, decidió envolverlos con papel blanco y asociar la descripción de lo que se está vendiendo a un número. Nada más, nada de atraer con figuras y colores.
La supermercadista explicó que siempre ha tenido en este tema una participación colaborativa con las autoridades para garantizar el cumplimiento de la norma en sus locales y para contribuir “con el cambio positivo de la cultura de consumo de alimentos en nuestro país”.
Independiente de que la aplicación de la nueva Ley de Etiquetado seguramente seguirá requiriendo ajustes para su correcta y objetiva aplicación y fiscalización, se trata de una política pública que busca hacer frente a un problema real, como es el alto y creciente porcentaje de niños con sobrepeso y obesidad infantil en nuestro país. Educar es clave para poner atajo a este riesgo para la salud, pero también son importantes las acciones coordinadas de los sectores público y privado, y, más esencial aún, el rol insustituible de control en las familias.