El contraste agrícola con Perú que pasa la cuenta
El rápido ascenso de la industria frutícola peruana es mirado de cerca por el sector empresarial chileno. Según destacó un artículo de Diario Financiero, en apenas una década, Perú pasó de ser un actor emergente a disputar —y en varios productos, a arrebatar— el liderazgo que Chile ostentó por más de treinta años. El crecimiento promedio anual de 19,6% en las exportaciones de frutas entre 2010 y 2024 no solo duplica, sino que triplica el dinamismo chileno. Para 2025, los envíos agrícolas peruanos superarían por primera vez a los chilenos, coronando un proceso que combina visión estratégica, políticas públicas estables y una agresiva expansión de su frontera de riego.
La amenaza para Chile es real. Los mercados de uva de mesa, arándanos, paltas y hortalizas —donde Chile era sinónimo de calidad y liderazgo— se han inclinado hacia el sur peruano, donde convergen factores que aquí hoy parecen lejanos: una legislación tributaria proinversión con impuesto a la renta rebajado al 15%, un plan de US$ 24 mil millones para sumar un millón de hectáreas regadas y un clima que permite cosechas más tempranas y continuas. A ello se suma un costo laboral competitivo, baja inflación y un riesgo país que no refleja la inestabilidad política que golpea a Lima, pero que tampoco frena la inversión.
“Para 2025, los envíos agrícolas peruanos superarían por primera vez a los chilenos, coronando un proceso que combina visión estratégica, políticas públicas estables y una agresiva expansión de su frontera de riego”.
No es casual que empresarios chilenos miren con renovado interés ese mercado. Como reconoce PromPerú, las consultas desde Chile crecieron un 25% en un año. Y voces experimentadas, como la de Maritrini Lapuente, directora ejecutiva de Viveros de Chile, ya no hablan de complementariedad, sino de una amenaza directa: “No hay cómo competirles”, afirma, destacando la velocidad con que Perú desarrolló una cultura exportadora y la ventaja estratégica que suma el puerto de Chancay.
Detrás de este contraste está también el espejo incómodo de las malas políticas chilenas: trabas regulatorias, ausencia de una estrategia hídrica nacional, incertidumbre tributaria y un clima político que desalienta riesgos de largo plazo. Mientras Perú expandió su frontera agrícola, aún sumido en una feroz crisis política, Chile lleva años discutiendo sin resolver cómo modernizar la suya. El resultado es claro: el liderazgo del agro chileno no se perdió de un día para otro, pero hoy enfrenta un competidor que corre más rápido, con reglas más claras y un horizonte que en Chile parece, cada vez más, estrecho.
Instagram
Facebook
LinkedIn
YouTube
TikTok