Las sorpresas del Presupuesto 2018

Bastante sorprendente ha resultado el proyecto de Ley de Presupuestos para 2018. Como ya señalamos en estas páginas, lo primero que llamó la atención fue el aumento del gasto, proyectado en 3,9% real, casi un punto superior a lo que esperaban y recomendaban los analistas, incluido el Banco Central. Esto luego que el propio ministro Nicolás Eyzaguirre anunciara como una de sus prioridades la mantención de una estricta disciplina fiscal. Si bien en 2018 se producirá una mayor holgura en materia de ingresos, la situación de mediano plazo sigue siendo muy restrictiva, por lo que habría sido deseable que no se utilizara todo el espacio. En los próximos cuatro años el ritmo de crecimiento del gasto deberá ser menos de la mitad de lo que ha sido durante este gobierno.

Pero el Presupuesto también trae otras sorpresas.Una de ellas es la composición del gasto ya que, al contrario de lo planteado por la Presidenta en su discurso, es el gasto corriente el que se lleva todo el aumento, mientras que el gasto de capital, que lleva dos años cayendo, prácticamente no crece en términos reales. La política fiscal, por lo tanto, sigue sin cumplir un rol relevante en términos de mejora de la productividad.

Por último, llama la atención que sin que se haya producido una mejora importante de los parámetros estructurales, las estimaciones fiscales de mediano plazo, que hace un año eran fuertemente deficitarias, hoy muestren holguras de ingresos. Si se analizan los números, este vuelco se explicaría principalmente porque cae la estimación de gastos comprometidos. ¿Qué podría explicar que hace un año hubiera mayores compromisos de gasto que ahora si se han continuado aprobando leyes e ingresando proyectos que involucran recursos?