Editorial

Mujeres en directorios: más allá de las cuotas

  • T+
  • T-

Compartir

El Ejecutivo está impulsando con fuerza el proyecto de ley “Más mujeres en directorios”, a través del cual busca elevar la participación femenina en los directorios de sociedades abiertas y especiales. Se establece para ello una exigencia con carácter obligatorio de 40% de directoras mujeres al cabo de seis años, con una meta intermedia sugerida de 20% en tres años.

Esta medida ya rige en el sector público, lo cual ha aumentado significativamente la participación femenina en las empresas estatales. Sin embargo, su obligatoriedad en empresas privadas ha generado reacciones diversas.

Es clave elevar la participación femenina, pero una exigencia legal conlleva la colisión con bienes jurídicos de gran relevancia.

Si bien todos parecen coincidir en la importancia de elevar la participación de las mujeres en el mercado laboral en general, y en los directorios en particular, lo cierto es que su exigencia legal conlleva la colisión con otros bienes jurídicos de gran relevancia, como lo son el derecho de propiedad y la libertad de asociación. La imposición de cuotas atenta contra la libertad de elegir la gobernanza de las empresas y puede ser la antesala de otros cupos obligatorios de diversidad en el futuro.

Ahora bien, nadie puede desconocer que los talentos están homogéneamente distribuidos en la población y, aunque la participación laboral de la mujer es aún muy inferior a la de los hombres, es altamente probable que se esté perdiendo talento al tenerlas subrepresentadas en los directorios. Por eso, parece razonable apuntar no sólo a cuotas sugeridas -que involucren un llamado a incorporar mujeres en la alta dirección (comply or explain) a riesgo de que su incumplimiento sea castigado por la opinión pública y los clientes-, sino también a tener políticas proactivas de incorporación de mujeres en todos los niveles.

Lo anterior abarca desde políticas públicas como Sala Cuna Universal, que facilita la incorporación al mercado laboral de las mujeres, hasta prácticas empresariales voluntarias, como la elaboración de ternas mixtas en la búsqueda de ejecutivos y ascensos, todo lo cual permite emparejar la cancha desde abajo y no sólo en la elite corporativa.

Lo más leído