Oportunidad del debate tributario

El debate en torno a los impuestos ha irrumpido en la agenda y lo ha hecho de una manera que, con razón, ha encendido las alarmas del mundo empresarial. En efecto, gran parte de los puntos de vista que se han expresado en las últimas semanas han tenido una inspiración política de corto plazo y, además, se han puesto sobre la mesa en un contexto que desde lo general a lo particular está marcado por un entorno económico global de alta incertidumbre, un clima social crispado por un conflicto estudiantil que se ha hecho crónico, y por el debate de la Ley de Presupuestos 2012.



Sin cerrarse a discutir un tema de este tipo, el sector privado ha expresado reparos tanto con la oportunidad en que este tipo de debates se enciende, como con el poco rigor técnico con que se ha estado abogando por subir impuestos sin que haya claridad de si esos recursos son necesarios para el erario nacional. De igual forma, sus críticas también se relacionan con el hecho de que algunas de las opciones mencionadas en materia de ajustes tributarios (como lo sería el no bajar los impuestos que se elevaron en forma transitoria con ocasión del terremoto), suponen no dar cumplimiento a un compromiso que expresamente se asumió y que así fue entendido por los agentes económicos cuando se les convocó a hacer un mayor aporte para solventar las necesidades de la reconstrucción.

Es de primordial importancia que gobierno y oposición den señales más claras en este asunto, vuelvan a radicar la discusión en el ámbito técnico y acoten los grados de incertidumbre que se han abierto al sector privado, de modo de no afectar sus decisiones de inversión.