Editorial

Perú: demandas sociales y crecimiento

Después de las noticias conocidas el fin de semana, quedó en evidencia el grado de complicación por el que atraviesa el gobierno del presidenre peruano, Ollanta Humala.

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Después de las noticias conocidas el fin de semana, quedó en evidencia el grado de complicación por el que atraviesa el gobierno del presidenre peruano, Ollanta Humala.

Tras la sorpresiva renuncia del primer ministro Salomón Lerner -el sábado-, el domingo en la noche se comunicó un inesperado cambio de gabinete, el primero tan sólo después de cinco meses de administración. La modificación ministerial -que implicó el nombramiento de diez nuevos secretarios de Estado- mostró un fuerte giro por parte de Humala, dado que quedaron fuera del gabinete aquellos ministros considerados de un corte más liberal.

El nuevo primer ministro será el encargado de delinear la postura que el gobierno deberá seguir para contener las protestas sociales que se han transformado en un dolor de cabeza para el gobierno, especialmente en la zona de Cajamarca, donde se suspendió un proyecto minero tras la convulsión social.

Igualmente importante, sin embargo, será el manejo que tenga el gobierno frente al sector privado peruano y los inversionistas extranjeros, luego de la señal de inquietud que se levantara tras la suspensión de cuatro proyectos mineros y del anuncio de revisión de todas aquellas iniciativas mineras que puedan desatar conflictos sociales.

La presencia de Salomón Lerner le sirvió a Ollanta para generar vínculos de confianza con el sector empresarial. Al igual que en Chile, la minería es uno de los motores de la economía peruana, por lo que uno de los desafíos del gobierno de Humala será el de compatibilizar las demandas sociales sin afectar el crecimiento del país, especialmente en una etapa tan delicada como la actual.

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