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Por qué internacionalizar la educación superior

Las instituciones de Educación Superior deben ser capaces de entregar las herramientas y la formación que permitan desempeñarse en esta sociedad global. La internacionalización se hace cargo, en parte, de estas nuevas demandas de conocimientos”.

Por: Lilian Ferrer | Publicado: Martes 5 de julio de 2022 a las 11:22 hrs.
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Lilian Ferrer

Los efectos de la pandemia, el cambio climático y los flujos migratorios, sumado a las demandas de equidad de género e inclusión y la irrupción acelerada de nuevas tecnologías digitales, son fenómenos globales que están impactando a los seres humanos de distintas formas. En este complejo escenario, se hace necesario el desarrollo de nuevas capacidades en las personas, con el fin de enfrentar con éxito los desafíos actuales y futuros. 

Se necesita de nuevos liderazgos que incorporen estas variables. Para ello, las instituciones de Educación Superior deben ser capaces de entregar las herramientas y la formación que requieren las generaciones actuales y venideras que les permitan desempeñarse en esta sociedad global con cambios y transformaciones cada vez más acelerados. 

En el mundo, la internacionalización de la Educación Superior es un proceso relativamente nuevo, surgido en los últimos 30 años de la mano de los programas de movilidad, como Erasmus en Europa. Las experiencias han sido sumamente variadas y dependen de las regiones, países e instituciones en que se desarrollan, y están en constante evolución. Por lo tanto, la internacionalización se hace cargo en parte de estas nuevas demandas de conocimientos. 

La internacionalización en la educación superior debe ser un objetivo estratégico, que va más allá del intercambio estudiantil. Ésta requiere de una mirada holística, que aborde los distintos aspectos de la vida universitaria: enseñanza, investigación y vinculación con las comunidades. En síntesis, involucra una formación global de todos los miembros de la comunidad universitaria como un sello de calidad en la formación de las personas. 

El desarrollo de competencias globales debe ser impulsado desde el pregrado, incluyendo aspectos como: flexibilidad ante un mundo cada vez más cambiante, respeto por la diversidad, empatía, apertura a aprender de visiones y contextos distintos e innovación. Asimismo, el aprendizaje de al menos una lengua extranjera de manera competente sigue siendo un gran pendiente en nuestro sistema educativo. 

En este sentido, las universidades chilenas tenemos un gran desafío: debemos hacernos cargo de generar las estructuras y de la formación de los equipos necesarios para dar respuesta a los requerimientos de formación global, a su vez se deben impulsar los cambios en los currículos y las metodologías de enseñanza. 

El desafío de la internacionalización va más allá del esfuerzo de cada institución en particular, y debería ser parte del sistema de Educación Superior como un todo. Elementos como el uso de nuevas tecnologías, desarrollo de iniciativas más inclusivas y una mayor presencia de extranjeros en las comunidades universitarias, pueden ser grandes facilitadores de este proceso. Pero sin duda, que la colaboración, el trabajo en equipo y la generación de alianzas con instituciones tanto internacionales como nacionales, sean públicas o privadas, serán factores fundamentales para avanzar en conjunto como país en esta materia. Es urgente aunar esfuerzos como sistema universitario para lograr la formación del capital humano para el futuro de Chile y del mundo.

Lilian Ferrer

Vicerrectora Asuntos Internacionales, Pontificia Universidad Católica de Chile

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