Editorial

Un paro muy costoso para el país

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En medio de un fenómeno inflacionario que tiene escala global, los combustibles han sido particularmente afectados, sobre todo por las repercusiones del conflicto en Europa. Inevitablemente, ello se ha hecho sentir en Chile, importador neto de combustible, en un alza de precios que ha encarecido toda la cadena de suministros.

Por más de una semana, gremios de camioneros han mantenido un paro a nivel nacional -que también ha incluido el bloqueo de rutas- con el fin de presionar al Gobierno a que garantice un congelamiento de los precios del combustible (junto a mejores condiciones de seguridad), y más recientemente, incluso una rebaja.

A esto último el Ejecutivo se ha negado tajantemente -al menos hasta ahora-, pero a lo primero ha cedido mediante un compromiso de impedir por cuatro meses que continúe escalando el precio, en especial del diésel, lo que implica inyectar cuantiosos recursos fiscales de hasta US$ 1.500 millones al MEPCO. Con ello ha conseguido que las principales agrupaciones depongan la paralización, mientras que otras la mantienen y persisten en solicitar una reducción de precios.

A las acciones de fuerza el Gobierno ha respondido acertadamente invocando la Ley de Seguridad del Estado y presentando querellas. Es lo que corresponde cuando se afecta el derecho de la ciudadanía a la libre circulación. Pero el paro también ha tenido -y sigue teniendo- costos y daños colaterales enormes para otros rubros, entre ellos la agricultura.

Pocos sectores están como el transporte de carga en posición de, mediante medidas de presión ilegítimas, forzar concesiones del Gobierno en función de sus intereses y en desmedro del bien común, que ponen en peligro impidiendo el libre tránsito o elevando el riesgo de desabastecimiento de productos esenciales. Especialmente hoy, cuando el país atraviesa grandes dificultades económicas y se encuentra ad portas de una recesión que podría prolongarse todo el próximo año, según algunas proyecciones, paros como éste tienen gravosos costos y hacen más compleja la necesaria recuperación del dinamismo de nuestra economía.

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