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¿Ya estamos en recesión?

Bastián Romero, Fundación para el Progreso

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Un economista dirá que una recesión es cuando hay crecimiento negativo por dos trimestres consecutivos, esa es la regla general. Esta definición, sin embargo, podría no ser óptima para entender el estado actual de nuestra economía, debido a los desfases de tiempo que tienen las mediciones del PIB. Por eso, la presidenta del Banco Central, Rosanna Costa, eligió sus palabras cuidadosamente cuando dijo que en Chile estamos “entrando en un proceso de recesión”, en lugar de decir llanamente que ya estamos en una.

Efectivamente, el crecimiento del PIB en el primer trimestre del año fue negativo, pero en el segundo trimestre fue positivo, por lo que no estaríamos hoy en una recesión técnica. Pero, como indica Gregory Mankiw, autor de uno de los libros más usados en clases de macroeconomía, “no hay ninguna regla rigurosa que indique cuándo el comité oficial de la calendarización de ciclos declarará que ha ocurrido una recesión”. Por eso, en simple, una recesión debiese entenderse como un período prolongado de desaceleración económica.

Existen dos inconvenientes con seguir la regla general: (i) que tenemos que esperar a que termine el trimestre para saber si estamos o no en recesión técnica, y (ii) que el valor trimestral del PIB corresponde a una estimación que se actualizará de acuerdo con la información más reciente. En Estados Unidos, por ejemplo, el crecimiento fue negativo en los últimos dos trimestres de 2008—crisis financiera—, por lo que hubo una recesión técnica, pero esto no se supo del todo hasta tener las cifras definitivas en 2009. Por eso, para tener una buena idea de cómo va nuestra economía hoy, debemos monitorear otros índices que afectan directamente al PIB, que se actualizan mensualmente, como el empleo, la producción, las ventas y los salarios.

Según los datos más recientes (agosto de 2022) del Banco Central, del INE, y de la SOFOFA: la tasa de ocupación en Chile es de un 55%, estancada ahí desde abril; el índice de producción industrial es 97,7, que viene cayendo desde mayo; el índice de ventas manufactureras reales es de 106,9, cayendo significativamente desde marzo; el índice real de remuneraciones es de 94,8, y viene bajando desde enero. Estos factores están siempre oscilando porque responden a ciclos económicos. Pero, generalmente, si todos están cayendo—o estancándose—al mismo tiempo, la economía no tiene un buen desempeño.

Costa fue cautelosa al no aseverar que estamos en medio de una recesión (i) porque aún no se cumple la regla general, y (ii) porque el que una autoridad monetaria de su calibre admita una recesión a destiempo podría contribuir a que ésta se adelante o a que se agrave, ya que afecta las expectativas económicas del mercado. Con todo, la gran ventaja del análisis de los cuatro factores es que nos permite no tener que esperar a que se publique la próxima medición del PIB para entender qué está pasando con la economía. Podemos, desde ya, comenzar a planear nuestras estrategias para enfrentar lo que se viene.

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