Entre los manifestantes presentes el jueves pasado estaba Eric Heisserer, cuyos créditos como guionista incluyen la cinta de ciencia ficción de La llegada (2016). Al igual que sus compañeros de huelga, Heisserer dijo que la revolución de la transmisión lanzada por Netflix en 2007 había dificultado que todos, excepto los escritores más exitosos, tuvieran una vida digna.
El modelo de transmisión “destripa a la clase media y recompensa a los de arriba”, dijo Heisserer. “Es altamente explotador”.
Heisserer es uno de los 11.500 miembros del Writers Guild of America que el martes se declararon en huelga tras el fracaso de las conversaciones con los principales estudios y streamers sobre un nuevo contrato de tres años. La WGA acusa a los estudios de fomentar una "gig economy" que podría llevar a que la escritura de guiones se convierta en "una profesión totalmente freelance".
El grupo que representa a los estudios en las conversaciones rechazó estas afirmaciones. “El empleo como escritor no tiene casi nada en común con los trabajos”gig””, dijo la Alianza de Productores de Cine y Televisión, un grupo que incluye a los principales estudios como Disney, Warner Bros y Universal, junto con los streamers Apple, Amazon y Netflix.
Ha sido un comienzo amargo para la primera huelga de Hollywood en 15 años. El gremio de escritores y guionistas se desplegaron esta semana en docenas de lugares en Los Ángeles y Nueva York con pancartas con lemas como "Escribimos el programa del que te vas a dar un atracón esta noche" y "Escribimos de qué están hechos los streams".
Algunos observadores de la industria estiman que se tratará de un paro prolongado. Existe un acuerdo general en Hollywood de que el modelo para pagar a los escritores debe actualizarse para la era del streaming, pero la WGA y los estudios han planteado enfoques opuestos. Las dos partes están discutiendo sobre temas tan variados como el papel potencial de la IA en la escritura de guiones por el tamaño de las regalías para los programas de transmisión.
Si bien la transmisión ha llevado a un aumento en la cantidad de programas producidos, muchos escritores están ganando menos ahora que en el negocio de la televisión tradicional. Las series de transmisión suelen tener entre ocho y 10 episodios, mucho más cortos que los 22 guiones de una temporada típica de la televisión estadounidense tradicional, el tiempo suficiente para proporcionar trabajo a un escritor durante un año completo.
Otro desacuerdo clave es sobre el surgimiento de la "mini sala": pequeños grupos que producen guiones para programas que no han recibido luz verde. La WGA busca un número mínimo de personal en estos equipos, una propuesta que la AMPTP ha rechazado como una “cuota de contratación incompatible con la naturaleza creativa de nuestra industria”
La huelga se produce cuando la mayoría de los grupos de entretenimiento tradicionales (Disney, Warner Bros, Paramount y NBCUniversal) enfrentan una intensa presión para reducir costos después de invertir miles de millones en la construcción de sus servicios de transmisión. Ahora los inversionistas los instan a impulsar la rentabilidad en la transmisión para compensar la rápida disminución de los ingresos de la televisión tradicional.
Bob Bakish, director ejecutivo de Paramount, afirmó a finales de esta semana que había una "brecha bastante grande" entre las dos partes en las negociaciones, pero minimizó el impacto financiero en la empresa. “Obviamente, hemos estado planeando esto”, dijo a los analistas. “Tenemos un montón de . . . contenido en la lata. Con la excepción de cosas como la [televisión] nocturna, los consumidores realmente no notarán nada por un tiempo”.
Un mejor trato para los escritores costaría a las empresas de medios entre 250 y 350 millones de dólares al año, según el analista de Moody's Neil Begley, quien advirtió que algunas empresas de medios más débiles "podrían ver afectado su crédito" si la huelga continúa durante varios meses.
Este gasto podría aumentar hasta los 600 millones de dólares al año si el Sindicato de Directores de Estados Unidos y el Sindicato de Actores de Pantalla —cuyos contratos también terminan este verano— negociaran un mejor acuerdo salarial, estimó.
Sin embargo, los estudios también pueden reducir los costos en caso de una huelga prolongada mediante el uso de cláusulas de fuerza mayor para salir de acuerdos costosos con productores o showrunners. “Algunos productores que obtuvieron buenos tratos en la era del auge del streaming y recibieron un pago excesivo” podrían ser liberados por fuerza mayor, señaló un ejecutivo.
Rich Greenfield, analista de LightShed, dijo que una huelga prolongada podría incluso aumentar las ganancias de los principales transmisores porque no incurrirían en gastos por programación que no se había realizado, similar al impacto cuando la pandemia detuvo la producción. Esto podría ser especialmente útil para los grupos de entretenimiento que tienen grandes deudas, como Warner Bros Discovery y Paramount.
Una huelga prolongada “podría conducir a una rentabilidad de transmisión notablemente mejor de lo esperado”, dijo Greenfield. “Las pérdidas operativas multimillonarias podrían ser significativamente mejores de lo esperado”.
Cuanto más dure la huelga, mayor será la ventaja para los streamers capaces de obtener programas internacionales, es decir, Netflix. “Una huelga extendida que dure más de tres meses debería beneficiar significativamente a Netflix”, escribió Greenfield en un informe de investigación. Señaló que la serie coreana Queenmaker y la película tailandesa Hunger habían aparecido recientemente en la lista de los 10 principales de Netflix.
Es poco probable que el uso de contenido internacional para llenar los vacíos dejados por la huelga de escritores de Estados Unidos gane amistades con la WGA, cuyos miembros dicen que han sido estafados en la era del streaming. Un lamento común es que Hollywood carece de un líder con el poder de forzar un compromiso, un papel que una vez cumplieron los magnates del siglo XX como Lew Wasserman, el poderoso jefe de MCA que transformó la industria cinematográfica.
En las manifestaciones, algunos escritores dijeron que estaban felices de jugar el juego largo en una lucha que consideraban “existencial”. Melissa Marlette, quien ha sido escritora durante unos cinco años en una carrera de 15 años en Hollywood, dijo que recientemente tuvo que tomar un trabajo secundario en el comercio minorista para complementar sus ingresos. Estaba dispuesta a protestar todo el tiempo que fuera necesario. “Todos ya están arruinados, así que podemos esperar”, afirmó Marlette.
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