El diputado, candidato a la reelección y experto electoral, Pepe Auth analiza los alcances el ajuste ministerial que realizó la Presidenta y que terminó con la salida de su equipo económico.
- ¿Cuál es su visión del cambio de gabinete. Advierte un giro tras la salida del equipo económico?
- No creo, los reemplazantes no dan para leer un giro porque se reafirma la línea. La paradoja es que se reemplaza a los ministros pero se reafirma la línea de Valdés y Céspedes.
- Pero cuando la mandataria señala que no concibe el crecimiento a la espalda de las personas, hay una definición…
- Son maneras discursivas de salir de la coyuntura, pero las primeras palabras de Eyzaguirre fueron “crecimiento, crecimiento y crecimiento”. Al final de cuentas cuando nombra a un ministro así no es para alivianar la billetera o relajar la regla del gasto fiscal, que además inventó él. O sea, no va a venir Eyzaguirre a profundizar el déficit. Hubo un gallito, y el gallito personal lo perdió Valdés sin duda, pero la Presidenta nombrando a quienes nombra reconoce que necesita mantener el rigor económico, y dar señales a la economía, si no habría nombrado a otra persona en Hacienda.
- Entonces ¿cuáles son sus expectativas de Nicolás Eyzaguirre?
- Creo en lo que dijo y que lo hará. No nos engañemos, él le propuso a la Presidenta el nombre de Rodrigo Valdés, en consecuencia, desde el punto de vista de las alineaciones del mundo económico, están en el mismo bando de los economistas que creen en la regla fiscal, que conciben el Ministerio de Hacienda para ponerle límites de realidad a los sueños de la política.
Lo que pasa es que Rodrigo ya no podía seguir cuando se instala en el ambiente que no tiene respaldo presidencial. Un ministro de Hacienda no puede dirigir la discusión presupuestaria, el reajuste y la reformas en curso si los interlocutores están permanentemente pensando que si van donde la Presidenta capaz que diga otra cosa de lo que está diciendo el ministro. Y eso lo despeja Eyzaguirre porque es la misma política pero con otro tipo de relación con la Presidenta.
Ahora, también pensé que se iba a aprovechar de poner a (José Antonio) Viera Gallo en la Segpres, lo que habría sido un upgrade de la Segpres. Lo que hace es poner a la persona que efectivamente está de ministro en la Segpres, que es Gabriel de la Fuente. Nico (Eyzaguirre) nunca terminó de empoderarse o de asumir el rol de ministro Segpres, para ser franco. Entonces lo que veo es continuidad.
- ¿Comparte con quienes plantean que la era de los ministros de Hacienda poderosos se terminó?
- Eso se terminó hace mucho rato. El gobierno de Michelle Bachelet al poner a (Alberto) Arenas cambió el concepto de ministro de Hacienda, porque puso al jefe del programa en Hacienda y no al guardián de la billetera. Luego eso naufragó y nombró a un guardián de la billetera y ahora volvió a tocar techo, Eyzaguirre son las dos cosas al mismo tiempo. Creo que Eyzaguirre deambuló en el gobierno hasta encontrar su rol más propio. Este era el ministerio que le habría calzado al inicio del gobierno, pero quería pasar a la política.
- ¿Y cuál es el impacto electoral de este episodio? Hay quienes sostienen que el oficialismo tiró la toalla, como dijo MEO, o que se fortalece la opción de Piñera
- Eso es pensar con el deseo. Creo que nada va a cambiar, el gobierno va a seguir gobernando con el mismo vigor. No imagino a Eyzaguirre menos empoderado que Valdés y menos involucrado en la discusión del Presupuesto o del reajuste.
En lenguaje de Hacienda, es contra cíclico cambiar de gabinete cuando estás al final de un mandato y además decidiste contradecir la tesis del pato cojo poniendo temas vigorosos y fortaleciendo tu agenda e iniciativa política. Los ministros que nombró no son para debilitar la agenda. Al revés Eyzaguirre, va a ser más fuerte que Valdés, porque siendo igual que él va a tener un tipo de relación con la Presidenta distinto, aquí hay un nivel de confianza mucho mayor. Valdés podía ser víctima de una conspiración del segundo piso, Eyzaguirre no. Cuando tienes una relación directa, antigua y expedita con el número uno estás más indemne a ese tipo de acciones.
Entonces, no creo que el gobierno se debilite. Por supuesto pasó una mini crisis, pero la resolvió Michelle Bachelet en 48 horas y como se suelen resolver, es decir, hay un conflicto político y una tensión entre quienes quieren poner el crecimiento en el centro y los que dicen que hay que privilegiar la política, sacan al ministro que encarna el crecimiento pero ponen a otro que lo encarna igual.
- ¿Y la señal de gobernabilidad que da el oficialismo, cómo la evalúa?
- No es la Nueva Mayoría, es el gobierno y es una señal de autoridad y de liderazgo. La Presidenta efectivamente no podía admitir que sus ministros debatan por los diarios, eso era ingobernabilidad y terminó con ello produciendo un ajuste ministerial, que es como debe terminar esto normalmente. Peor habría sido haber enfrentado esta crisis poniendo la basura debajo de la alfombra y siguiendo adelante con un ministro de Hacienda que perdió su poder. Quién le habría creído a la Presidenta si hace un gesto de respaldo a Valdés. Por eso él estaba obligado a salir.
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