Región Metropolitana tiene 6 de los 10 distritos con mayor límite de gasto electoral

De las siete regiones que en noviembre próximo elegirán a sus futuros senadores, la de Valparaíso lidera el ranking con el mayor límite de gasto electoral, pues cada uno de los aspirantes a representar la zona en la Cámara Alta podrá gastar durante su campaña hasta $524.366.302.

Así se desprende de acuerdo a la Ley N° 19.884 sobre transparencia, límite y control del gasto electoral, que entró en vigencia en julio del año pasado y rindió su primer test durante las municipales de 2016. La norma surgida a partir de las propuestas del Consejo Anticorrupción, que lideró Eduardo Engel, precisa el origen del financiamiento y el gasto en que pueden incurrir los candidatos y el tope máximo a gastar, que es calculado por una fórmula que varía según el cargo.

Por ejemplo, para el caso de un aspirante al Senado, se parte de una base de 1.500 UF, y a ello se le añade un proporcional según el número de electores que tenga la circunscripción por cada 200.000 sufragantes.

El mismo ejercicio se realiza con los postulantes a la Cámara Baja, pero con una base de 700 UF, que va añadiendo un monto según el número de votantes en el distrito.

Distrito 8 con el tope máximo

En el caso de la elección de diputados, de los diez distritos con mayor límite electoral en el país, seis pertenecen a la Región Metropolitana, considerando que esta zona alberga siete distritos de los 28 a nivel país.

De esta manera el mayor techo para gasto del país se encuentra en el distrito 8 (Maipú, Colina, Lampa, Quilicura, Pudahuel, Tiltil, Cerrillos y Estación Central) con $414.315.784 para cada aspirante. En el ranking le sigue el distrito 10 (Santiago Centro) con $391.169.134, el 12 (Puente Alto) con $358.507.836 y el 9 (Cerro Navia) con $350.247.464.

Mientras que el más bajo vuelve a ser el distrito 27, perteneciente a Aysén, donde los aspirantes podrán gastar un máximo de $56.042.721 por candidatura.

Esta nueva ley además excluye las contribuciones de personas jurídicas, relegando esta atribución únicamente a personas naturales.

Además elimina los tradicionales regalos de campaña a los votantes.

"Ya no pueden estar regalando pelotas de fútbol, ni copas, ni calendarios, esas normas nuevas son más estrictas", comenta el coordinador legislativo de Ciudadano Inteligente, Octavio del Favero, agregando que "otro aporte importante es que se terminaron los aportes reservados, ahora la gran mayoría de los aportes son transparentes. Ahora uno puede conocer quién es el que está aportando a la candidaturas, salvo en el caso de los aportes anónimos que son de un monto menor".

La legislación especifica qué puede y debe ser calificado como gasto electoral, entre lo que se detalla "propaganda y publicidad escrita, radial, audiovisual o en imágenes", "encuestas sobre materias electorales o sociales", arriendo de mueble e inmuebles, pago por servicios prestados a una candidatura y viajes de campaña.

A la vez que los gastos de alimentación, mantención de sedes y vehículos, acusan mayor detalle y no podrán superar el 10% del gasto total de la campaña.

El director ejecutivo de Chile Transparente, Alberto Precht, dice que si bien la ley es "un pleno avance respecto a lo que existía anteriormente", advierte que aún existen espacios para mejorarla.

"Sería razonable pensar también que aquellos parlamentarios que van a la reelección o que van a otros cargos, como por ejemplo la presidencia de la República, tuvieran que renunciar a sus asignaciones parlamentarias para que no se confundiera el uso de estos recursos con los que son propios de una candidatura", dice Precht asegurando que así los incumbentes competirían en igualdad de condiciones con quienes debutan.