Fue vicepresidente en la directiva del senador Ignacio Walker y ahora acompaña al senador Jorge Pizarro en el mismo cargo. En conversación con DF, el diputado Sergio Espejo defiende el rol de la Democracia Cristiana en la Nueva Mayoría (NM) y también que las reformas deban adecuarse a la compleja realidad económica que vive el país, tal como lo ha reconocido la presidenta Michelle Bachelet. De paso, apoya la gestión de Pizarro.
-¿Cómo ve el escenario en la NM tras la confirmación de la Presidenta de que no están los recursos para todas las reformas?
-Es un momento de reordenamiento, de permitir que elementos básicos de la operación de un sistema democrático, como el diálogo, la búsqueda de acuerdos y la atención a la realidad, se instalen en la gestión pública. Y más allá de los ruidos que podamos tener en estos días, esto debiera traducirse en una mejoría sustantiva en nuestra relación con la ciudadanía.
-¿Cuáles son los efectos que ha generado para el pacto este anuncio? Usted ya habla de “ruidos”.
-Me parece que las tensiones son propias de la vida en democracia y es más sana una coalición de gobierno que expresa sus diferencias y que busca resolverlas, no sólo de cara a la ciudadanía, sino que además con mucha claridad respecto de los desafíos que tiene por delante, que un gobierno que esconde esas dificultades o que intenta avanzar basado sólo en la voluntad. Lo central va a estar dado por nuestra capacidad de procesar las diferencias y ese es el desafío.
-¿Cree que es posible procesar en unidad estas diferencias? Considerando que en la primera etapa del gobierno las marcó la DC.
-Creo que sí, durante 20 años lo hicimos en la Concertación. Éramos partidos que teníamos opiniones distintas, experiencias distintas, pero que siempre intentamos, a través de un debate claro, procesar diferencias y tener una mirada común de futuro. Tengo la impresión que durante el primer año de gobierno eso estuvo ausente y yo prefiero que afloren estas opiniones distintas de tal manera que lo que hagamos en la gestión de gobierno sea, no solamente más rico, sino que además más conectado con lo que necesitamos como país.
-Por lo que plantea, da la impresión que comparte los dichos de Gutenberg Martínez, en relación a que en la primera etapa de gobierno no se vio la diversidad.
-La NM puede ser mucho más de lo que fue e hizo durante su primer año. No somos sólo una expresión de voluntad; somos también partidos, organizaciones, movimientos, una fuerza política que tiene la obligación de dar buen gobierno a Chile. Efectivamente, nos sobró voluntarismo, nos faltó recoger la diversidad de opiniones que en algún minuto se plantearon. Probablemente por un exceso de confianza en nuestras propias capacidades y en las del Estado y lo que hoy vemos es que el Estado no tiene la capacidad técnica para avanzar en tantas reformas simultáneamente, con tanta profundidad. Y que los recursos políticos de que disponemos tampoco son suficientes para hacerlo. Por eso que el recurso de realidad es tan importante.
-¿A qué se refiere con recursos políticos?
-A la capacidad de concitar la adhesión de la ciudadanía para reformas que le impactan directamente. No basta con anunciar lo que uno cree que la ciudadanía busca, es necesario explicar, persuadir, concitar adhesión, y ese es un elemento que hasta ahora ha estado débil en nuestra gestión política.
-¿Debilidad de los partidos? ¿Qué responsabilidad tiene el gobierno?
-La conducción de la tarea política recae en el gobierno. Sin embargo, somos los partidos los llamados a conectar al gobierno con la realidad cuando ésta se vuelve más compleja. Yo me alegro de ver a una Democracia Cristiana muy activa en su esfuerzo, no sólo por marcar una impronta, sino por hacer un esfuerzo por conectarse con lo que los chilenos esperan de este gobierno.
-¿Si como dice Martínez todos sabían que no se iba a poder concretar un programa tan ambicioso, cómo es que hicieron campaña con este programa?
-El programa marca una dirección, es un paraguas bajo el cual nos ponemos de acuerdo para decidir qué camino queremos tomar, no es un libro sagrado, y señalar que uno va en una determinada dirección no puede liberarnos de la responsabilidad de definir la forma y los tiempos en que eso irá ocurriendo. Gobernar supone elegir, priorizar, y ese ejercicio no fue todo lo adecuado que debió haber sido durante el primer año y es lo que valoro de lo que ha hecho la Presidenta en estos últimos días.
-¿Qué rol juega la DC en este desafío post anuncio presidencial?
-La DC tiene una capacidad inmejorable de conectar con un vasto sector de la ciudadanía que anhela los cambios, pero que también aspira a que se produzcan en un escenario de prudencia y seriedad, que no alteren negativamente sus vidas cotidianas. No hemos tenido la capacidad ni como gobierno ni como NM de explicar por qué estas reformas son buenas en el largo plazo y, por lo tanto, por qué las incertidumbres deben o pueden ser toleradas. Chile está pasando por un momento en el que la capacidad de soportar incertidumbres es muy baja y tenemos que hacernos cargo de eso.
Relación con el PC
-¿Cómo puede afectar a la relación DC-PC que ya no es buena esta necesidad de reprogramar la agenda?
-Lo primero que hay que decir es que nosotros no buscamos evitar las reformas, por el contrario, nosotros creemos en ellas. Las ganas, la necesidad, la voluntad de reformar se mantienen intactas, lo que estamos diciendo es que esto no es al lote, que se requiere mucho más esfuerzo técnico, de diálogo, para hacer que estas reformas vayan exactamente en la dirección que queremos. La relación con el Partido Comunista tiene que desarrollarse a la luz de esos criterios, que son los que ha planteado la propia Presidenta y quien quiera discrepar de la Presidenta en esto tendrá que expresarlo con claridad. Nosotros estamos entregándole todo nuestro respaldo, porque entendemos que esta dirección es buena para Chile.
-¿Podría ocurrir que la DC llegara a convertirse en un lastre para la NM?
-La Democracia Cristiana es un activo para la Nueva Mayoría y para la Presidenta. Tanto es así que ella estimó que este partido debe cargar con más responsabilidades, no con más beneficios. La conducción del gabinete por parte del ministro Burgos es un privilegio, pero también es una tremenda carga y no otorga beneficios políticos evidentes. Todos nuestros intendentes fueron ratificados, precisamente por la forma como están contribuyendo al buen éxito del gobierno. Y la DC respalda sin ambigüedades a la presidenta Bachelet. Sin embargo, creemos que por la complejidad de las reformas en que estamos embarcados y por el momento político que vivimos es especialmente importante que podamos debatir, dialogar y resolver colectivamente la mejor forma de aproximarnos a estos problemas. Aquí no hay recetas mágicas. Las mejores soluciones saldrán de la deliberación democrática y eso, en el primer año de gobierno, fue insuficiente.
"Es saludable que la DC tenga un abanderado"
-¿El senador Pizarro tiene el poder efectivamente como presidente del partido o lo ha debilitado la situación por la que pasan sus hijos?
-Los hechos que señala debilitaron originalmente la conducción de Pizarro, pero lo que estamos viviendo hoy es un proceso en el cual eso ha ido quedando atrás y él está ejerciendo a cabalidad la conducción de los asuntos del partido, con el respaldo de la directiva y del Consejo Nacional.
-¿Cómo percibe el proceso que está siendo interpretado como el lanzamiento de la carrera presidencial del senador Ignacio Walker?
-El principal desafío político de la DC, junto con contribuir a que el gobierno retome la conducción política y dar viabilidad a las reformas, es tener resultados favorables en las próximas elecciones municipales, que van a ser, además, un momento en que cualquier liderazgo democratacristiano que aspire a competir por la Presidencia de Chile debe estar plenamente desplegado. Entiendo que eso es lo que está haciendo Ignacio Walker. Es saludable que la DC tenga un abanderado, es bueno para la coalición, es bueno para Chile.
-Yasna Provoste dijo que la mesa DC recibió información de que el gobierno está cambiando su posición en reforma laboral, ¿es así?
-Eso no es lo que veo. Pero me parece que este proyecto es perfectible, así como estamos fortaleciendo los derechos de los sindicatos y la negociación colectiva; quizás podamos avanzar en más adaptabilidad. También tenemos que darle un tratamiento adecuado a las empresas estratégicas y a los servicios mínimos. Tenemos que lograr lo que está en la idea matriz de este gobierno, que es nivelar la cancha en la relación entre trabajadores y empresarios y avanzar hacia un ambiente cooperativo al interior de la empresa. Aquí no puede haber fetiches, pero lo que no puede ocurrir es que el gobierno no diga con claridad lo que busca.