Los temores entre los analistas de mercado se extendieron la jornada del domingo, la primera luego de que la noche del sábado Estados Unidos bombardeara las instalaciones nucleares de Irán en Natanz, Fordow e Isfahán.
Esto, en respuesta al aumento de las hostilidades entre la república islámica e Israel, que cumplen ya diez días de intercambios de ataques balísticos que han incrementado la tensión en Medio Oriente.
Así, las primeras operaciones bursátiles de los mayores mercados mundiales dieron cuenta del aumento de la incertidumbre. Los futuros del S&P 500 iniciaban la sesión con una caída de 0,22%, mientras que el tecnológico Nasdaq operaba con una merma de 0,51% hasta el cierre de esta edición. El oro -considerado un activo refugio- se revalorizaba un 0,4% a US$ 3.399 la onza.
Pero el principal temor se relaciona con el impacto alcista que el conflicto podría tener sobre el precio del petróleo, a lo que ayer se agregó un nuevo ingrediente: el Parlamento de Irán aprobó el cierre del Estrecho de Ormuz, por el que fluye alrededor del 20% de la demanda mundial de petróleo y gas.
El eventual cierre fue aprobado por el Legislativo de la república islámica, pero aún debe ser confirmado por el Consejo Supremo de Seguridad Nacional iraní para hacerse efectivo.
El legislador y comandante de la Guardia Revolucionaria, Esmail Kosari, declaró este domingo al Club de Jóvenes Periodistas que el cierre está en la agenda y “se hará cuando sea necesario”.
El hecho puso en alerta máxima a la industria naviera mundial, con advertencias de que Teherán podría tomar represalias contra buques comerciales.
Por ejemplo, Grecia, con mayor capacidad para transportar petróleo que cualquier otro país, advirtió a sus armadores que reconsideraran su decisión de entrar en el Golfo Pérsico tras los ataques aéreos estadounidenses.
Los buques que planean navegar por el Estrecho de Ormuz, la vía fluvial que se encuentra en la entrada de la región, deberían “reevaluar su paso” hasta que la situación se normalice, según una circular enviada por su Ministerio de Transportes a los armadores, vista por Bloomberg. Asimismo, aconsejó esperar en puertos seguros cercanos.
En tanto, las fuerzas navales en la zona advirtieron que los buques, especialmente los vinculados a Estados Unidos, podrían estar en mayor riesgo.
Se anticipa mayor volatilidad
Analistas citados por elmedio hispano Expansión ya anticipan que un virtual cierre del Estrecho de Ormuz podría terminar impulsando el barril de crudo por sobre los
US$ 100 por barril, complicando aún más los esfuerzos de los bancos centrales a lo largo del mundo por contener la escalada inflacionaria.
Si se confirma el bloqueo del estrecho y la interrupción de ese flujo, analistas de Goldman Sachs, Barclays y Société Générale consideran que el barril de Brent, ahora en cerca de US$ 80, superaría los US$ 100. Otros expertos son más pesimistas: Deutsche Bank considera que el petróleo se iría por encima de los US$ 120.
Ayer, los futuros del crudo estadounidense WTI mostraron un aumento de 2,4% en el precio a
US$ 75,64 el barril, mientras que el Brent lo hacía hasta alcanzar valores de US$ 78,81 por unidad.
El repunte del costo energético se dejaría sentir de inmediato en las bolsas, drenando los resultados de muchas empresas (salvo las propias petroleras que aumentarían sus ingresos), y una consecuencia posterior es que el probable incremento de la inflación impediría bajar las tasas de interés a los bancos centrales como espera el mercado, dañando más todavía las valoraciones de las empresas.
En cualquier caso, el aumento de los riesgos geopolíticos haría caer el lunes las bolsas, que deben descontar un escenario más peligroso. Hay observadores que apuntan al menos a un descuento del 5% si se acerca el posible cierre de Ormuz.
Históricamente, salvo en el caso de 1973, cuando el bloqueo árabe a los envíos de petróleo tras la guerra del Yom Kippur hizo caer los mercados un 17% en pocas semanas, estas correcciones por sucesos en Oriente Medio suelen ser recuperadas en poco tiempo.
Aniket Shah, analista de Jefferies, dijo en una nota a inversionistas que “los elevados precios del petróleo ponen en riesgo la reciente tendencia de desinflación y complican el camino de la Fed para recortar las tasas”.
Se resiente la diplomacia
Además de las preocupaciones en el mundo bursátil, la jornada del domingo vio escalar las tensiones entre las partes involucradas en el conflicto.
Temprano en la mañana, el Pentagono señaló que los ataques contra instalaciones nucleares clave de Irán causaron “daños y destrucción extremadamente severos”, declaró Dan Caine, presidente del Estado Mayor Conjunto, y agregó que Washington utilizó aviones señuelo para sorprender a Teherán.
En una conferencia junto al secretario de Defensa, Pete Hegseth, el domingo, Caine señaló que Estados Unidos empleó “varias tácticas de engaño”, incluyendo el traslado de algunos bombarderos B-2 al Océano Pacífico para desviar la atención de Irán, antes de lanzar los ataques desde diferentes aeronaves.
Hegseth añadió que “todas nuestras municiones de precisión impactaron donde queríamos que impactaran y tuvieron el efecto deseado” al atacar los sitios nucleares de Fordow, Natanz e Isfahan.
Hegseth agregó que Estados Unidos “no busca una guerra”, pero advirtió: “Permítanme ser claro, actuaremos con rapidez y decisión cuando nuestra gente, nuestros socios o nuestros intereses estén amenazados”.
“El alcance de esto fue intencionadamente limitado. Ese es el mensaje que estamos enviando”, dijo Hegseth. “Así que Irán, en ese sentido, tiene una elección”.
Luego fue el turno de Irán para calcular los daños provocados por la embestida norteamericana, el ministro de Asuntos Exterior de la república islámica, Abbas Araghchi, escribió en su cuenta de X que los acontecimientos de la noche del sábado (mañana en el Medio Oriente) “son escandalosos y tendrán consecuencias duraderas”.
“Todos y cada uno de los miembros de la ONU deben estar alarmados por este comportamiento extremadamente peligroso, ilegal y criminal”, declaró Araghchi. “Irán se reserva todas las opciones para defender su soberanía, sus intereses y su pueblo”, complementó.
El cruce de declaraciones continuó durante la jornada dominical. Muestra de aquello es que el vicepresidente del Consejo de Seguridad y expresidente de Rusia, Dmitri Medvédev, advirtió que “hay países listos para entregar sus armas nucleares a Irán”
“No estamos en guerra con Irán. Estamos en guerra con su programa nuclear. Y estamos increíblemente agradecidos y orgullosos de los pilotos de la Fuerza Aérea que hicieron un trabajo increíble anoche”, declaró el vicepresidente norteamericano, JD Vance, en una entrevista con la cadena NBC.
El secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio, hizo un llamado a China para evitar que irán bloquee el Estrecho de Ormuz.