El vicepresidente de la Cámara de Diputados y uno de los rostros de la disidencia de la Democracia Cristiana, Gabriel Silber, entiende el episodio de desmarque de su partido con el gobierno y el congelamiento de las relaciones como una señal de fuerza para obligar al Ejecutivo a rectificar el curso. Y su lectura se inscribe entre los críticos a esa decisión, que lo consideran como una deslealtad.
El parlamentario comparte el diagnóstico de los máximos representantes del falangismo tras los desastrosos resultados municipales de la Nueva Mayoría -los que finalmente desataron la dura reacción de la directiva de la DC-, pero postula que es necesario recordar que las decisiones relativas a las plantillas electorales de la coalición no se tomaron en La Moneda y que son los propios partidos los que deben hacerse cargo de los resultados.
En esta entrevista con DF, Silber también advierte que dado el 12% al que bajó la Democracia Cristiana en los comicios municipales, el camino propio es inviable.
- ¿Cómo evalúa la decisión del Consejo de congelar las relaciones con el gobierno?
- Lo que nosotros planteamos es que el análisis, en primer lugar, tiene que ser completo. Es cierto que el gobierno afronta una crisis política que demanda cambios sustantivos, pero también esperaría el mismo mea culpa por parte de las directivas de los partidos. Al final del día, no se redactaron las plantillas de alcaldes y concejales en alguna oficina de La Moneda.
Cuando ves que en materia de concejales ganamos versus Chile Vamos, pero en alcaldes sufrimos varias derrotas, obviamente hay responsables a la hora de acordar candidaturas y la Democracia Cristiana también debe hacer ese ejercicio más que sólo direccionar las responsabilidades a la Presidenta o al propio gobierno.
Acá hay responsabilidades compartidas que debemos procesar entre todos y el partido político con más alcaldes y más parlamentarios debe liderar ese proceso y no simplemente salir a vociferar una crisis sin poner capital político para terminar este gobierno con buenos resultados electorales.
- ¿A qué se refiere con eso de poner capital político?
- Nuestra presidenta y su directiva deben hacer genuinos esfuerzos, en este caso, por entender que la lealtad también implica apoyar al gobierno en los momentos difíciles. Y confío aún que Carolina Goic va a jugársela con todo para que así sea.
- ¿Esta decisión de la directiva ha perjudicado la imagen del partido? Justamente porque se les está viendo como en una situación que el barco se está hundiendo y la DC empieza a saltar.
- Se puede fidelizar y ganar mucho apoyo desde el punto de vista partidario, pero los ciudadanos no están percibiendo de manera positiva el rol que está jugando la Democracia Cristiana; y eso es un intangible que tenemos que defender y apoyar, cual es ser el partido eje de gobierno, por tanto, conductor. Si no queremos ser vagón de cola, más que nunca debemos apalancar las soluciones más que profundizar la crisis.
- ¿Es posible que esta situación se esté utilizando también como una especie de campaña interna a propósito de que en poco más de un mes hay elecciones en la DC?
- Aquí están leyendo en clave interna las decisiones que está tomando el partido con un gran costo para la gobernabilidad de la coalición y el futuro del gobierno. Es una ventaja corta que tendrá un costo en el mediano y largo plazo.
- ¿Este episodio podría perjudicar el capital político de la DC a ojos de la gente?
- Nosotros tenemos un capital político importante que tenemos que cuidar, eso es patrimonio de todos. Y Carolina está llamada a liderar, justamente, ese proyecto. Carolina siempre ha sido una líder que ha interpretado muy bien al mundo progresista, que entiende la necesidad de actuar en coalición, más cuando tienes un partido que hoy día representa el 12% del electorado, lo cual hace inviable cualquier aventura individual, como a la que algunos quieren empujar a la Democracia Cristiana.
- ¿A qué atribuye que Goic haya elegido esta circunstancia para desmarcarse, saliéndose de su línea habitual?
- Carolina siempre ha sido puntal del gobierno y la madera de las instituciones y las personas se miden justamente en momentos de crisis. Yo apelo a que Carolina Goic le aporte al gobierno el liderazgo, que lo saque de esta situación de estancamiento en la que se encuentra y para eso tiene que cambiar el tono.
- ¿Qué le parece que a raíz de esta situación haya dado por muerta la Nueva Mayoría?
- Insisto, somos el partido eje de la coalición, hoy día tenemos que rearticularnos y lo que se necesita es sentido de lo colectivo, sentido de equipo más que balcanizar nuestra coalición, porque de lo contrario será la derecha a la vuelta de la esquina.
- ¿Cree viable la prolongación de la Nueva Mayoría o como se llame a futuro en el actual escenario?
- El diagnóstico (que llevó al congelamiento) es compartido con la directiva, pero el aislacionismo del partido es el peor antídoto tanto para perfilar a la Democracia Cristiana como para proyectar a la coalición hacia un futuro gobierno. Acá no hay atajos y la tentación del camino propio es uno de ellos y, en consecuencia, creo que tenemos que procesar con más calma los resultados de las municipales.
- ¿Comparte el análisis del senador Rossi en cuanto a que la DC y el PC no pueden coexistir en una coalición?
- El caldo de cultivo de la división interna, de la fragmentación, de la falta de propósito común, sigue presente aun aislando al Partido Comunista de la Nueva Mayoría.
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