Nuevas tecnologías: las mejores aliadas para el sector público

Por Alejandra Clavería



Incorporar y desarrollar nuevas tecnologías es clave para que el Estado y sus instituciones generen innovación y puedan ser igual de competitivos que el sector privado.

Así lo afirma Fran Greaney, socio de Deloitte en EEUU, quien señala que las “organizaciones públicas deben tomar las tecnologías disponibles, protegerlas e integrarlas a sus sistemas. Y una vez que éstas hayan madurado, deben comenzar a probarlas y determinar si son adecuadas o no para generar innovación”.

Para ello, lo ideal es tener unidades separadas del Estado (tal como ocurre en EEUU), que se dediquen a experimentar con estas tecnologías y luego a ver la factibilidad de las nuevas ideas, para comenzar a introducirlas paulatinamente en el aparato público. De esta forma, el gobierno puede tomar mayores riesgos y evitar el miedo a fracasar ante la comunidad.

“Las instituciones estatales deben elegir algún área específica donde quieran innovar y crear oportunidades en ella. Las grandes empresas tienden a tener unidades que prueban cosas, mientras continúan en paralelo con sus negocios. El sector público debe tomar este ejemplo y seguirlo”, dice el experto estadounidense. 
En ese sentido, agrega que uno de los desafíos es reducir la burocracia, cambiar las estructuras internas e introducir nuevos enfoques que permitan hacer las cosas de manera distinta.


Menores costos


Greaney agrega que si el Estado enfoca sus recursos en innovar puede prestar mejores servicios a mucho menores costos de los actuales, aumentando así la competitividad de áreas como educación y salud, sobre todo si es el principal proveedor de ellas frente a la sociedad. “Por ejemplo, si se innova en materia de educación, la gente que no tiene acceso o no tiene recursos para pagarla podrá optar a tenerla y la hará mucho más competitiva frente a proveedores privados”, comenta el especialista.

Y concluye que todas las herramientas necesarias están disponibles para hacer del sector público un organismo más productivo. “Sólo hace falta arriesgarse”, afirma.