Apple anunciará mañana los resultados de su tercer trimestre fiscal (abril -junio) en el que se espera que vuelva a marcar un récord de cifras negativas, tomando en cuenta que en el período anterior, el gigante tecnológico sufrió el primer declive en su facturación en trece años, principalmente por el retroceso en la demanda de su dispositivo estrella, el iPhone.
Según estimaciones de analistas del sector, las ventas de la firma californiana habrían caído 15,3% a US$ 42 mil millones, mientra que las ganancias habrían retrocedido 24,9% a US$ 7.281 millones o
US$ 1,39 por acción. Los beneficios ya habían declinado 22,7% entre enero y marzo a US$ 10.500 millones, equivalentes a US$ 1,9 por título.
La estimación consensuada del margen bruto para los tres meses a junio es de 38%, lo que se ubica en el extremo superior de las proyecciones de la propia compañía. Este dato se ha venido reduciendo año a año, a medida que las rebajas de costos han sido más que contrarrestadas por la pérdida de eficiencia en manufacturas por volumen, y por la mayor relevancia en sus ventas del iPhone SE, la versión más económica de sus smartphones.
Pese a la apuesta por modelos más baratos, Apple ha perdido terreno en China, su principal mercado, donde recientemente cayó al quinto lugar en ventas, desplazado por rivales locales como Huawei, Oppo, Xiaomi y Vivo.
A esto se suma además la falta de nuevos lanzamientos en el tope de su gama, con el nuevo iPhone 7 esperado recién para septiembre, algo que aprovechó Samsung para recuperar terreno con su Galaxy S7.
Año difícil
Apple, de hecho, ha intentado con India ampliar su búsqueda de nuevas formas de crecimiento, en medio de la débil facturación en China y en mercados desarrollados.
Pero además, ha optado por reducir inventarios del iPhone en US$ 2 mil millones, ante la fría aceptación que tuvo el modelo 6s.
Esto se suma además a la difícil comparación por el éxito del año previo, el ambiente de bajo crecimiento mundial y la reciente fortaleza del dólar, que ha elevado el precio de sus dispositivos en los mercados extranjeros.
El panorama ya había sido anticipado en enero por el propio CEO de Apple, Tim Cook, quien dijo que “2016 será un año difícil”.
La tendencia parece prolongarse y cumplir con la proyección de que, durante este ejercicio, la firma venderá 190 millones de iPhone, una cifra levemente inferior a los 193 millones de 2015.
Para el cuarto trimestre, analistas encuestados por Bloomberg esperan un pequeño repunte en las ganancias a US$ 1,60 por acción con ingresos por US$ 45.600 millones y un margen bruto de 38,4%.
Poca innovación, poca demanda
Sin embargo, según una reciente encuesta de la revista Quartz, el próximo iPhone 7 podría no tener los efectos esperados en cuanto al incremento de las ventas. Sólo 10% de los usuarios de estos dispositivos en Estados Unidos dijo que es probable o muy probable que lo actualicen durante 2016 si Apple no ofrece cambios significativos.
Y es que, precisamente las pocas diferencias entre cada una de las versiones ha desanimado constantemente a los usuarios que aseguran que no reciben grandes novedades con cada nuevo lanzamiento. Analistas incluso se atreven a decir que no sería sino con el modelo del año entrante con el que realmente se logre incentivar a los consumidores.
De hecho, según reportó hace dos semanas el diario japonés Nikkei Asian Review, los envíos de iPhones este año registrarán números rojos por primera vez desde 2007.
La cifra podría rondar los 220 millones de aparatos, lo que significa un descenso de al menos 8,6% desde 2015 o menos de 74 mil unidades durante los últimos seis meses.
Caída de los Smartwatch
Apple también habría registrado un brusco descenso en la venta de sus smartwatch pasando de 3,6 millones en el segundo trimestre de 2015 a 1,6 millones en el mismo período de 2016. Así, se convirtió en la única empresa del sector en caer en los útimos tres meses, con su cuota de mercado retrocediendo de 72% a 47%.
Pese a esto, todavía mantiene el número uno en el segmento. La firma de Cupertino sigue comercializando más que sus cuatro primeros rivales juntos: Samsung, Lenovo, LG Electronics y Garmin.
Sin embargo, su caída arrastró el mercado de estos aparatos, cuyas ventas cayeron 32% según IDC. Entre abril y junio, se vendieron 3,5 millones de relojes inteligentes, frente a los 5,1 millones del mismo periodo de 2015.
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