La economía chilena crecerá 1,6% este año, aseguró ayer la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), sin hacer cambios respecto de la estimación que había entregado en abril. La región, sin embargo, se contraerá más de lo previsto, debido a que las caídas de Argentina, Venezuela y Ecuador serán mayores a lo proyectado.
La economía chilena se desacelerará este año respecto del crecimiento de 2,1% de 2015, “debido a la menor demanda interna”, explicó la Cepal en su informe “Estudio Económico de América Latina y el Caribe 2016”, presentado ayer.
En el plano internacional no se vislumbran cambios significativos, pero “a nivel interno, la adopción de una política económica de corte más restrictivo, manifestada en la contracción del gasto público con el fin de reducir el déficit estructural de un 1,6% a un 1,4% del PIB, y las alzas moderadas planeadas en la tasa de política monetaria, junto con un mayor nivel de endeudamiento de hogares y empresas, incidirán negativamente en el crecimiento de la demanda agregada y en el estado del mercado laboral”.
Los motores de la actividad económica serán principalmente las manufacturas, el comercio y los servicios, puntualizó el informe.
Mayor contracción en la región
América Latina y el Caribe se contraerá 0,8% este ejercicio, en lugar del 0,6% que se esperaba en abril, tras una caída de 0,5% en 2015, afirmó la institución.
La desaceleración regional es heterogénea y Sudamérica es el bloque que resulta más afectado, con una caída estimada de su PIB de 2,1% este año, afirmó la secretaria ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena,
“Las que nos tiran para abajo los pronósticos son Argentina, Brasil, Ecuador y Venezuela”, detalló.
El país que más crecerá de América Latina y el Caribe será República Dominicana, con un 6%, seguido de cerca por Panamá, que se expandirá 5,9%.
La nación con peor desempeño, en tanto, será Venezuela, que se contraerá 8%, una caída más pronunciada que el 6% que se estimaba en el informe anterior, tras un descenso de 5,7% en 2015. La economía será arrastrada por el desplome en el precio del petróleo y de las importaciones.
Brasil se contraerá 3,5%, sin modificaciones respecto de la proyección de abril, luego de caer 3,8% en 2015, mientras que el PIB de Ecuador caerá 2,5%, un desempeño peor al retroceso de 0,1% que se preveía, y tras registrar un crecimiento de 0,3% el año anterior.
Bárcena destacó que la mantención de una elevada tasa de interés y su apreciación cambiaria son dos temas que están conteniendo la expansión del crédito y las exportaciones en Brasil.
“Los números de producción, comercio y servicios en Brasil todavía no hablan de una recuperación necesaria para una menor caída en 2016”, expresó. “En el corto plazo hay desafíos muy fuertes en materia fiscal y en el mediano plazo está retomar las inversiones”, aseguró.
Argentina, en tanto, se contraerá 1,5%, en lugar del 0,8% estimado en abril. En 2015 creció 2,4%. En Argentina “habrá una recuperación de la actividad en la segunda mitad del año, pero todavía no está muy claro cómo podrá alcanzar las fuentes de crecimiento, en parte, por el estancamiento del comercio mundial, la recesión de Brasil y (...) el consumo interno que se ha retraído”, dijo Bárcena.
Entorno global difícil
El informe da cuenta de “un entorno global difícil en el cual se mantiene el bajo crecimiento de los países desarrollados, una importante desaceleración en las economías emergentes, en particular China, una creciente volatilidad y costos en los mercados financieros, y bajos precios de las materias primas, en particular hidrocarburos y minerales”.
Además, se aprecia una mayor debilidad de la demanda interna de los países de la región, en la cual la caída en la inversión doméstica está siendo acompañada por una desaceleración del consumo.
En este escenario, la Cepal recalcó la urgencia de movilizar la inversión –tanto pública como privada- para promover la recuperación económica de la región y satisfacer los desafíos que impone la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
“La capacidad de los países para acelerar el crecimiento económico depende de los espacios para adoptar políticas que apoyen la inversión. Estas políticas deben acompañarse con esfuerzos para cambiar la conversación entre el sector público y las empresas privadas. Aumentar la productividad es también un desafío clave para avanzar en una senda de crecimiento dinámico y estable”, declaró Bárcena.
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