Bajo los auspicios de un severo pastor luterano de Fráncfort, un Banco Popular caído en desgracia se ha unido a Santander en unas nupcias que los inversores del primero están pagando a precio de oro. Santander tendrá mucho trabajo por delante antes de que la unión acabe siendo rentable.
Si cabía alguna duda de que los reguladores europeos tomarían medidas para evitar un posible contagio, ahora se han disipado totalmente.
En teoría, Popular parecía una entidad segura: su ratio de capital Tier 1 superaba con creces los requisitos mínimos. Aun así, los accionistas y algunos acreedores perdieron todo su dinero cuando el Banco Central Europeo impuso la venta de Popular a Santander por un valor simbólico de 1 euro, ante la preocupación sobre su pérdida de liquidez. La deuda Tier 1 del que en su día fue el sexto banco de España por activos se ha volatilizado por primera vez. La deuda Tier 2 se ha convertido en capital.
Los costes para los inversores de Santander no serán tan elevados. El banco hará una ampliación de capital de 7.000 millones de euros -el 8% de su capitalización de mercado- para aumentar las provisiones a un total de 7.900 millones de euros.
El beneficio de la operación se obtendrá del negocio bancario y de los beneficios antes de provisiones de Popular. La cobertura de los activos tóxicos, en concreto de los créditos hipotecarios incobrables, que aumentará a un sustancioso 64% debería apaciguar las dudas de los más escépticos.
La alianza tiene sus atractivos. La operación convertirá a Santander en el primer banco de España, con un 20% del mercado de crédito y una cuota de un 25% de préstamos a las pymes, el doble que su primer competidor.
Santander, que podría haber sido obligado a emparejarse, argumenta que la operación se produce "en el momento adecuado del ciclo", lo que significa que la entidad no descarta una subida de tipos de interés en algún momento y que está convencida de que la caída del crédito ha tocado fondo.
Una caída del precio de la acción de Santander implica que los accionistas todavía no se muestran muy a favor de un matrimonio en el que Popular prácticamente se ha regalado. Conseguir objetivos de sinergias garantizará una unión más duradera.
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