Las grandes empresas renacen en invierno

Alejandra Loyola, socia de TheHouse Advisory

¿Invierno? Con casi 30 grados cuesta imaginar nubes y lluvia, sin embargo, esta fue la alusión que usó el famoso magnate del comercio electrónico y cofundador de Alibaba, Jack Ma, para llamar a sus equipos a seguir innovando y cambiar, desde dentro, su compañía. La que se podría decir que cruza la estación más oscura del año, ya que en 2023 ha perdido un 40% de su capitalización bursátil y enfrenta una ruda competencia.

Así es, ni en Chile ni en el resto del mundo las cosas parecen estar mejor. Vivimos una crisis económica global, marcada por dos guerras y los motores del crecimiento económico mundial parecen estar apagados, con Estados Unidos recién conteniendo la inflación y China aún sin despegar. Nuestra región avanza en una ruta errática y, localmente, el plebiscito por una nueva Constitución tiene a los empresarios e inversionistas expectantes ante la definición de las reglas del juego.

Todas las empresas, grandes, medianas y, en especial, las PYME, están golpeadas. En los primeros nueve meses del año, las firmas que componen el IPSA han visto caer sus utilidades prácticamente a la mitad (48,7%) en comparación a 2022, en un contexto en que los insumos y costos se mantuvieron altos, así como las tasas de interés y, por ende, el financiamiento. Con este escenario, las perspectivas para 2024 se ven complejas en la gran mayoría de las industrias.

Es hora de seguir los consejos de Ma, llegó el momento de ponerse creativos e innovar en los modelos de negocio para entregar diferentes soluciones a las necesidades de los clientes y consumidores.

Más allá de la clásica recomendación de apuntar a la productividad y a la eficiencia, adoptar nuevas formas de trabajo y automatizar procesos, la invitación es a reimaginar y crear nuevas fuentes de valor.

Será fundamental discutir y cuestionar cuáles tecnologías agregan valor para mi empresa y en dónde hace sentido utilizarlas, tanto en la productividad y en la eficiencia, como en la disrupción del modelo de negocio; encontrar alternativas de generación de valor a un menor costo, que logren hacer más eficientes los procesos internos; perfeccionar la llegada al mercado, mejorar experiencia del cliente con el producto o servicio y así, potenciar la propuesta de valor.

Se pueden hacer también ajustes internos. Priorizar y racionalizar iniciativas,será importante para permanecer en el juego, manteniendo como un foco esencial la protección y desarrollo del talento clave para sostener el core del negocio. Es decir, cuidar la columna vertebral de la empresa, las actividades críticas de la cadena de valor y a las personas que hacen que eso pase.

Todo esto, sin perder de vista el largo plazo. Con una lógica racional, elegir las prioridades, asegurar lo esencial con innovación y tecnología para lograr seguir avanzando, con algo de foco y quizás a un paso más lento.

El ejercicio de priorización es doloroso; la clave está en iluminarlo con el propósito de la organización. De esta forma, las prioridades estarán elegidas fielmente por la razón de ser de la compañía que se hará más ágil y enfocada, para sortear está crisis que parece extenderse por un tiempo más.