Por Constanza Morales H.
La primera huelga general de la era kirchnerista realizada el martes en Argentina y convocada por la principal central de obreros, la Confederación Central del Trabajo, y la más pequeña Central de Trabajadores Argentinos generó efectos dispares en la economía, pero tuvo dos víctimas claras: los bancos y el transporte, que incluye tanto el traslado de mercaderías por tierra como la salida de cereales por los distintos puertos del país.
Si se desagrega el Producto Interno Bruto argentino por industrias y se divide por los días hábiles, el PIB diario del sector financiero es de 645 millones de pesos argentinos (US$ 134 millones). El martes la mayoría de los bancos no abrió sus puertas.
El PIB de transporte, por su parte, alcanza los 575 millones de pesos argentinos al día. Según datos de Martino y Cía citados por la Bolsa de Comercio de Rosario, la entrada de camiones que trasladan granos durante el martes totalizó 320 unidades. La media diaria usual supera los 2 mil vehículos, por lo que el flujo cayó alrededor de un 85% con la huelga.
Al sumar estas dos cifras, las pérdidas ascenderían a 1.220 millones de la moneda trasandina.
Las otras industrias
Pero los bancos y los camiones no fueron los únicos en acatar la medida de presión. Otros rubros también se unieron al paro. Entre ellos están el sector público, el gastronómico, el hotelero y las estaciones de servicio, que no despacharon combustible.
El presidente de la Asociación de Industriales Metalúrgicos, Juan Carlos Lascurain, comentó al periódico El Cronista que en el Área Metropolitana hubo un ausentismo promedio de 18%, que afectó de forma dispar a la producción, debido a los piquetes. En el interior del país no hubo problemas, afirmó.
Los datos de la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico corroboran lo planteado por Lascurain. A las tres de la tarde, la hora de mayor consumo de energía eléctrica, el sistema interconectado argentino tuvo una demanda de 18.337 mw. Un día antes, el consumo a la misma hora había sido de 17.102 mw, lo que demuestra que las máquinas no dejaron de funcionar producto del paro general.
En el comercio, en tanto, algunos establecimientos decidieron cerrar, pero los supermercados sí atendieron al público.
Pérdidas estimadas
De acuerdo con cálculos de diversos analistas consultados por El Cronista, la actividad diaria de los sectores potencialmente afectados por la huelga representa entre 6.200 millones de pesos argentinos y 7.000 millones de pesos argentinos cada día.
Si se asume que la administración pública, el sector financiero y la industria del transporte detuvieron sus actividades completamente, y la mitad de los hoteles y restaurantes también adhirieron al paro, entonces la huelga habría provocado una pérdida de por lo menos 2.100 millones de pesos argentinos (unos US$ 436 millones), según las estimaciones de Fausto Spotorno, director de la consultora Orlando Ferreres.
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