La crisis en la zona euro marcó hoy el inicio de la 101 Conferencia Internacional del Trabajo, que reúne durante dos semanas en Ginebra a trabajadores, empresarios y Gobiernos de todo el mundo, con una advertencia a los mandatarios europeos: las medidas extremas pueden acarrear reacciones extremas.
"Confiar exclusivamente en los operadores financieros al tiempo que se pierde la confianza en la gente no solo profundiza un círculo vicioso negativo de la economía, sino que abre el camino a soluciones extremas", manifestó el director general de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Juan Somavía.
Somavía inauguró la Conferencia Internacional sobre el Trabajo expresando su "profunda preocupación" por las políticas anti-deuda que aplican los Gobiernos europeos y por el riesgo de que esas políticas produzcan "reacciones extremas" en la sociedad.
"La vía exclusiva de austeridad para lograr la consolidación fiscal lleva a un estancamiento con pérdida de empleos, menos protección social y un enorme costo humano, socavando los valores que Europa siempre preconizó", afirmó el director general.
Somavía argumentó que este camino no está aliviando los problemas de la deuda pública en la zona euro y que por el contrario "esta configurando una deuda social que también tendrá que pagarse", al tiempo que lamentó que se estén debilitando principios nacidos de la reconstrucción del continente tras la II Guerra Mundial, como el diálogo social.
"Sabemos precisamente que lo que nos ayudará a salir de la crisis será el diálogo y las inversiones productivas que generen empleo, demanda agregada e ingresos fiscales a la vez", defendió.
El director general de la OIT pidió "no defraudar a nuestros jóvenes para lograr una Europa estable en el futuro" y consideró que los gobernantes actuales han defraudado a toda una generación, que sufre una tasa de desempleo tres veces superior a la de sus mayores.
Somavía, que abandonará próximamente el cargo tras 13 años de gestión, subrayó que "los jóvenes sostienen la mayor carga de la crisis" y denunció la "poca solidaridad entre generaciones", lo que demuestra que el modelo de globalización está en crisis.
En este sentido, dijo sentir admiración por "la capacidad de los jóvenes para reaccionar" y por "la reafirmación del activismo que se niega a aceptar el desempleo, el trabajo marginal y la educación costosa y de mala calidad".
Frente a las políticas europeas, Somavía reclamó una "consolidación fiscal socialmente responsable" y volvió a plantear que el Pacto Global sobre Empleos presentado por la OIT en 2009 puede sentar las bases para una respuesta equilibrada al problema.
El pacto fue adoptado en respuesta a la crisis de 2008 y establece principalmente medidas para mantener el empleo, sostener las empresas y acelerar la creación de empleo, prestando atención también a la protección social, sobre todo de los más vulnerables.
"Estamos en un momento en el que la crisis nos ofrece la oportunidad de cambiar el rumbo", manifestó.
La 101 Conferencia Internacional del Trabajo se prolongará hasta el 15 de junio y tendrá como elemento central del debate los problemas de desempleo, especialmente entre los jóvenes.
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