Por Rodrigo Martínez
Con más de 10.000 piezas representativas de elementos del patrimonio de la historia de la moda mundial, el Museo de la Moda, la iniciativa de Jorge Yarur Bascuñán emplazada en la residencia familiar de estilo moderno construida en Vitacura a inicios de la década de 1960, ha logrado poner su nombre en los circuitos internacionales como una entidad cultural innovadora encargada de reunir, conservar y difundir la moda, el textil, el vestuario, los accesorios y su arquitectura.
Actualmente, presenta la exhibición “Volver a los 80 II”, una muestra temática que ha sido todo un éxito, mientras la colección sigue creciendo con piezas claves como el vestido que la fallecida cantante británica Amy Winehouse utilizó en la portada de su emblemático disco “Back to Black” (2006) y que da cuenta del foco en la consolidación de la colección y la atención permanente del museo a las oportunidades que se presentan en el mercado, señala Yarur en esta entrevista.
-¿En qué etapa diría que se encuentra el Museo de la Moda y cómo se ha posicionado a nivel internacional?
- Creo que el museo ya está consolidado, aunque es un museo nuevo si lo comparamos con otros especializados en el rubro de la conservación de vestuario que existen en el mundo, ya que tiene sólo cuatro años de existencia.
A nivel internacional, recientemente el Financial Times, considerado el periódico internacional de negocios más vendido en el mundo, publicó un reportaje en el que ubica al Museo de la Moda en un lugar destacado en el creciente negocio de la conservación de vestuario y nos ubica entre los compradores más importantes del rubro, al mismo nivel de los museos especializados más reconocidos, algunos con muchos más años de existencia.
Nos hemos ganado un sitial importante en el rubro, creo que somos un rival digno para nuestros pares internacionales como son el área textil del Museo de Artes Decorativas del Louvre de París, el Powerhouse Museum en Sydney, Australia; el Russian Museum of Fashion en Moscú; Ningbo Costume Museum, primer museo especializado en vestuario en China; Fukai, del Kyoto Costume Institute y V&A de Londres, entre otros.
El año pasado, el New York Times citó a Santiago como la ciudad número uno a visitar para el 2011, y destacó al Museo de la Moda como un imperdible en la capital chilena. Asimismo, publicaciones internacionales como Der Spiegel, en Alemania, y O Globo, en Brasil, también han destacado a nuestra casa como un lugar único en Chile y Latinoamérica.
También estamos muy contentos con las últimas cifras del Día del Patrimonio, donde el Museo de la Moda fue uno de los más visitados en todo el país durante esta celebración. Esto demuestra que los chilenos están cada día más interesados en el patrimonio textil y del vestuario.
-¿Una mayor competencia mundial por adquirir prendas de vestir emblemáticas, supone una mayor dificultad (costo) y creatividad a la hora de comprar piezas? ¿Cuál es el reto a afrontar?
-El hecho de que exista un circuito de museos especializados de la moda y el vestuario da cuenta de la importancia que ésta tiene como reflejo de la sociedad. Tengo la impresión de que hoy las piezas de vestuario se valorizan casi en una dimensión muy similar a la de las obras plásticas y por eso, también, su precio final es una inversión que representará incrementos a medida que pase el tiempo.
El Museo de la Moda guarda más de 10.000 piezas con un valor patrimonial e histórico tremendo, básicamente por la relevancia que representa para el mercado de los coleccionistas, y en este mercado actualmente se transan cifras importantes, que vale la pena invertir si se trata de preservar piezas que finalmente son un registro cultural e histórico muy importante.
Sin duda, cada día representa un reto a la hora de elegir las piezas a adquirir. Los precios han subido, sobre todo porque han entrado más competidores, pero lo importante es que con ello también se ha valorizado tremendamente nuestra colección. Este es nuestro foco de adquisición actual, consolidar nuestra colección. Por eso, estamos siempre atentos a las oportunidades que se abren en el mercado, las que evaluamos tanto desde una perspectiva patrimonial y curatorial como económica.
El gran desafío es adquirir piezas de valor a un precio razonable.
-¿Para cuándo está planeado el inicio de la exhibición de los vestidos de Amy Winehouse y Elizabeth Taylor?
-No tenemos fecha de exposición para exhibir estas piezas todavía.
El vestido de Amy Winehouse ya está en nuestro museo y el miércoles 11 de enero se lo presentamos a los medios, para que conocieran esta emblemática pieza que da cuenta de una artista tan relevante de nuestro tiempo. Los vestidos de Elizabeth Taylor todavía no tienen fecha de llegada al Museo.
-¿ Es posible mencionar el presupuesto de adquisiciones para 2012 y cómo se compara con 2011? ¿Y el financiamiento?
-Nuestras políticas de adquisiciones no nos permiten entregar cifras. Lo que sí podemos decir es que siempre estamos atentos al mercado y a las oportunidades que se presentan, las que evaluamos caso a caso, tomando en cuenta diferentes factores, donde el económico es central, pero no es el único.
Como museo, nos preocupamos de que toda adquisición sea evaluada siempre desde un criterio curatorial y del estado de conservación, entendiendo que nuestra colección tiene un valor patrimonial único.
Es importante destacar que han entrado a competir compradores que manejan altas sumas y que hoy han hecho que los precios de algunas piezas se hayan cerrado a valores altísimos. Eso ha hecho que como museo seamos aún más cautos en nuestras adquisiciones y estemos atentos a las expectativas que genera cada remate.
-¿Tiene planeada una extensión del área actual de exhibición en algún momento? Si eso es así, ¿la idea sería mantener de todos modos la exhibición de las habitaciones de la residencia familiar?
-Siempre tenemos la idea de consolidar nuestra exhibición permanente. Ahora, estamos privilegiando las muestras temáticas, como la exhibición “Volver a los 80” que a la fecha ha tenido 28.598 visitas.
Hemos comprobado que este mecanismo nos permite entregar una muestra variada y atractiva para que los chilenos y extranjeros se motiven a visitar nuestro museo, y así podamos entregar un registro socio-cultural de valor a nuestros visitantes.
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