Cartas

Cartas a la Directora

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Consumes y pagas, ¿no es ésa la norma?

Señora Directora:

Cuando una persona va al supermercado, paga de inmediato lo que compra. Pagar lo que consumes en el momento es la regla general. Sin embargo, la realidad de las pymes es completamente distinta: a diario se cruzan con enormes obstáculos que lo único que hacen es ralentizar más y más la fecha en que se concretará el pago.

Si bien muchas empresas mantienen prácticas asertivas, limpias y transparentes, nos hemos encontrado con un grupo de compañías que utilizan como un negocio el pago a 90 días. Me refiero a casos en que proponen pagar en menos de 90 días, siempre y cuando se les otorgue un porcentaje de rebaja al precio que originalmente se está transando el producto o servicio.

Cuando una empresa propone anticipar el pago, en la práctica, está generando un negocio de factoring paralelo, algo completamente fuera de su giro y que además no está regulado. Pero, sobre todo, este factoring paralelo es una pésima práctica que perjudica enormemente a las pymes.

Es más necesaria que nunca la ley de pago oportuno. Se requiere una regulación que promueva las buenas prácticas y que establezca 30 días como plazo máximo para pagar a proveedores.

Rafael Raga
Director de Proqualitas

Aeropuertos para autos, no para personas

Señora Directora:

Con la puesta en marcha de la Ley de Accesibilidad Universal, todo espacio público debe permitir la movilidad de las personas sin barreras físicas. En el caso de aeropuertos, sin embargo, los accesos están diseñados para el automóvil y, por ende, el peatón que presenta algún tipo de movilidad o funcionalidad reducida queda rezagado como una minoría dentro de una minoría.

Una de las causas pareciera estar en el modelo de concesión, ya que los aeropuertos potencian los derechos de explotación de estacionamientos para automóviles y prohíben el ingreso de transporte público. En el caso de Concepción, es lamentable observar cómo el Biobus tiene su parada justo fuera del recinto aeroportuario, dejando a los pasajeros sin posibilidad de caminar por veredas para poder acceder a la entrada.

El interior de estos recintos también presenta problemas. La ubicación de la señalización, el tipo de letra, los colores sin contrastes y la ubicación de ascensores no están diseñados para la accesibilidad universal.

Es de esperar que los trabajos de ampliación que hoy se realizan o ejecutarán a futuro tanto en el aeropuerto de Santiago como en regiones consideren todos estos elementos, así como la conexión con redes de transporte público, a fin de promover de manera efectiva la accesibilidad universal.

Sebastián Seriani Awad
Facultad de Ingeniería y Ciencias Aplicadas Universidad de los Andes

Un cambio de prisma en La Araucanía

Señora Directora:

El problema del conflicto en La Araucanía se inicia en el hecho de analizarlo con gafas occidentales. Partimos de la base de que lo que ahí sucede se limita a derechos de propiedad y a la existencia de grupos organizados con la finalidad de provocar el caos. Visto así, bastaría entregar tierras, con un plan policial o militar destinado a recuperar el orden en la zona. Esa idea ha fracasado.

El foco debe apuntar a buscar la forma en que, desde la diferencia, podamos conciliar culturalmente a chilenos y mapuches. En aquello radica una solución democrática, no en la imposición de parámetros propios de nuestra idiosincrasia. Así, el reconocimiento de instituciones propias de su cultura de forma vinculante podría ser un primer paso.

La única forma de restablecer el Estado de derecho es el involucramiento de instituciones y la sociedad en su conjunto. No con los ojos del centralismo, sino con empatía, dejando de lado las caricaturas que ciertos sectores se han esforzado en crear. La politización de un conflicto que ante todo es cultural sólo lleva a una mezquina lucha entre los distintos sectores, sin hacerse cargo de las distintas aristas presentes.

El cambio de prisma es clave, y su despolitización un imperativo.

Esteban Montaner
Investigador FPP Valparaíso

Pobreza y educación

Señora Directora:

La poca participación, la segregación y el marcado centralismo en nuestro país asientan las bases de un sistema reproductor de pobreza en cuanto a capacidades individuales. Para superar el umbral, el rol educativo es clave, ya que es un elemento que garantiza el crecimiento y desarrollo sostenible de las sociedades.

Resulta fundamental, entonces, desarrollar una verdadera conciencia sobre trascendencia de que las nuevas generaciones sean capaces de analizar la realidad social, desenvolverse en un campo laboral competitivo y contribuir a una integración real de todos los niveles socioculturales y educacionales. Las acciones solidarias son útiles, pero finalmente son un parche, porque no resuelven de manera permanente las carencias que sólo puede suplir una política educacional trascendente y renovadora.

Claudio Ruff Escobar
Rector Universidad Bernardo O’Higgins

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