Cartas
Cartas al Director
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Negociación del TPP
Señor Director:
Por lo que se ha sabido, la negociación del Trans-Pacific Partnership (TPP), que pretende crear una gran área de libre comercio en la zona Asia-Pacífico, está en sus etapas finales.
Las nuevas exigencias en materia de propiedad intelectual farmacéutica, que afectarán la disponibilidad de genéricos, siguen siendo una de las “piedras tope”, para concluir la negociación.
Lo que ha circulado insistentemente en el último tiempo, es que una de las vías que se propone para destrabar la negociación, es crear un estatuto “duro” en propiedad intelectual para los países desarrollados, y uno “flexible” para aquellos en vías de desarrollo.
Lamentablemente, Chile, por ser parte de la OCDE, calificaría como desarrollado para estos efectos, por lo que debería aceptar el estatuto “duro” en propiedad intelectual, afectando el acceso a medicamentos, entre otros bienes.
Esta estrategia de negociación, puede ser muy efectiva para obtener la aceptación de países como Malasia, Perú y Vietnam, pero extremadamente perjudicial para nuestro país, que recién está dando sus primeros pasos como miembro de la OCDE.
Es decir, Chile pagaría los costos de ser OCDE, sin tener todavía todos los beneficios.
José Luis Cárdenas T.
Abogado (industria farmacéutica), LL.M. & Ph.D. y Académico
El futuro del trabajo
Señor Director:
Post revolución industrial los esfuerzos laborales se concentraron en optimizar operaciones generando profesionales especialistas en distintas líneas de la producción. Sin embargo, conforme ha pasado el tiempo y a través de la automatización, dichos cargos han ido desapareciendo y las nuevas vacantes tendrán cada vez más incorporado la componente del conocimiento.
Lo anterior lleva a replantearnos el enfoque, ahora la productividad debemos aumentar es la de los trabajadores del conocimiento, que son aquellos que usan su capacidad intelectual para identificar problemas y encontrar soluciones. Éste, es el tipo de trabajo en donde se requieren tomar decisiones complejas y que no se volverá dispensable tras la automatización en la producción.
Según estudios, la demanda de estos trabajadores sigue creciendo en países desarrollados y ya representa el 41% de los nuevos puestos de trabajo. Se estima que para el 2020 la demanda de estos profesionales será mayor que la oferta, generando un déficit de varios millones de estos trabajadores calificados en el mundo.
¿Qué pasa en nuestro continente? Para tener una idea de las cifras en Latam, en Brasil sólo el 7% tienen educación superior; en Argentina esa cifra llega al 11% y en Chile está en el orden del 24%. A su vez, se estima que los nuevos puestos de trabajo del conocimiento, serán cada vez más especializados; entonces ante este déficit, tanto los gobiernos como las compañías necesitan pensar y actuar en conjunto.
En Latinoamérica seguimos mirando al pasado. La mayoría de nuestros egresados, específicamente el 57%, proviene de carreras humanistas o ciencias sociales. Mientras que sólo el 16% cursa carreras ingeniería y tecnología, cuando el mundo tiende hacia carreras más técnicas. Por ejemplo, en Asia, Estados Unidos y algunos países de Europa, la mayoría por lejos de los egresados son de carreras técnicas.
Caso ejemplar es Finlandia, que vivía de la agricultura y exportaba materias primas, pero que luego pasó a ser uno de los países pioneros en innovación y exportación de tecnología, alcanzando un ingreso per cápita similar al de ingleses o franceses ¿Como lo han logrado? A través de la educación, cambiando sus planes de estudios, dando carreras más especializadas en tecnología o ingeniería.
Chile es uno de los países que mejor va encaminado en cuanto a educación en Latinoamérica, pero si no se realizan cambios en las mallas curriculares universitarias mejor enfocados en la realidad futura y más protagonismo al idioma inglés, poco podremos avanzar en profesionales adaptados a los nuevos tiempos.
Nicolás Sanguinetti
Sales & Marketing Division Manager en Michael Page