Cartas

Cartas al Director

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Empresa familiar y familia empresaria


Señor Director:

Aunque ambos conceptos parecen ser muy similares, en la práctica son radicalmente distintos. Una empresa familiar cumple, al menos, tres condiciones: (1) la familia tiene un porcentaje de la propiedad, que le da derecho a ejercer el control de la empresa; (2) en ella trabajan familiares en posiciones de responsabilidad y (3) ha dado muestras de que piensa traspasar la propiedad y sus valores a la siguiente generación.
Por otro lado, una Familia Empresaria, además de las características anteriores, se está haciendo cargo formalmente de formar un gobierno corporativo familiar -asamblea familiar, consejo de familia y plan de sucesión-, y también está velando por la trascendencia de la firma en el tiempo, impulsando el liderazgo de sus próximas generaciones. Esta visión de legado es el eslabón perdido entre Empresa Familiar y Familia Empresaria. Si las empresas familiares logran formalizar sus estructuras no empresariales, la tasa de éxito de trascender de la primera a la segunda generación podrían incrementarse enormemente respecto de la que hoy registran las empresas familiares, por debajo del 30%.
¿Por qué esto es relevante? Porque el impacto en la continuidad del empleo y la generación de valor podría ser muy valioso, en particular en economías como la chilena, que empieza a presentar síntomas de una importante contracción.

Claudio Müller
, Profesor Adjunto FEN U DE CHILE


Centros comerciales


Señor Director:

Algunos parlamentarios de la Nueva Mayoría ingresaron al parlamento un proyecto de ley que prohíbe la instalación de centros comerciales y supermercados en zonas urbanas, debiendo estos instalarse en zonas rurales, aduciendo razones de saturación urbana y falta de competencia con los pequeños locatarios de barrio. Este es un proyecto absolutamente arbitrario. El Estado no debe impedir el libre ejercicio de actividades lícitas. Este tipo de proyectos demuestra la falta de sintonía con la ciudadanía que si quiere tener centros comerciales y supermercados con gran variedad de productos, competitivos, que no cualquiera puede traer al país y ofrecerlo al mercado.
Santiago, nuestra capital, es admirada por los ejecutivos e inversionistas para realizar negocios que dan empleo y provocan que sea reconocida por competitiva a nivel mundial. El prohibir actividades económicas no ayudará a mejorar nuestras ciudades.

Gerardo Ureta C., Investigador Economía Urbana


Reforma social


Señor Director:

Más que una reforma educacional, estamos ante un intento de fuerte ingeniería social. Los objetivos- acceso equitativo a los recursos públicos para todos, sin discriminación- son legítimos, pero de reforma educacional, poco. Quizá decirlo abiertamente, ¡esto es una reforma social señores!, transparentaría el debate.

Gabriel Guiloff

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